Los representantes del Ministerio Público pidieron también que se cite a declarar a funcionarios de distintas administraciones del BN., entre ellos al Aldo y Mario Dadone, Hugo Gaggero, Genaro Contartesse y Hugo Santilli, para que brinde explicación acerca de los controles que la entidad oficial realizó cuando otorgó esas garantías.
La curtiembre en cuestión nunca llegó a funcionar pero las pérdidas ocasionadas por su quiebra al banco oficial oscilarían en los 38 millones de dólares.
Se trata de la curtiembre “Inducuer”, que en su momento tramitó “créditos en el exterior” para los cuales se les requirieron avales y garantías “de bancos de primera linea”, que le brindó el BN.
Esas operaciones se remontan a 1989 cuando De Santibáñes y su socio Angel Gorodisch, titulares del Banco de Crédito Argentino, fundaron la empresa “Fredar” que habría sido la “controlante” de Inducuer.
Las firmas Ultrafin de Suiza; la italiana Giza y la banca Gottardo habían manifestado su interés en la financiación del proyecto pero para ello requerían que el mismo fuese respaldado por un banco oficial.
En 1991 se produce el alejamiento de De Santibáñes y su socio del proyecto , pero el Banco Nación comenzó a otorgar los primeros avales y a aportar capital para rescatar el proyecto, que terminó de caerse hace tres años con el llamado a concurso de acreedores , por lo que el BN tuvo que hacerse cargo de las deudas.
Según entienden los fiscales, las autoridades del Banco Nación “nunca se encargaron de verificar a quiénes se le otorgaban esos avales”, a la vez que señalan que es “inadmisible que nunca se haya comprobado, desde el banco, que esa empresa nunca funcionó”.