Al concurso, que comenzó en diciembre de 1999, no le faltaron condimentos. La demora record tuvo sus explicaciones. Doscientos fueron los aspirantes a ocupar las tres vacantes, lo que demoró la decisión del jurado respecto de la etapa de antecedentes, y además la inmensa cantidad de impugnaciones a los resultados del examen de oposición escrito demandó más tiempo para la corrección.
Por otro lado, luego de las entrevistas que se realizaron hace un mes, los consejeros cambiaron el orden de casi todos los candidatos que se habían ubicado en los primeros puestos. Mirta López González pasó del segundo al primer puesto, Susana Castañeda de Emiliozzi llegó segunda desde la sexta posición y Marcelo Alvero bajó al tercero desde el lugar más alto en el podio.
López González es secretaria adjunta en la Cámara del Crimen y profesora adjunta en la facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Ares, Castañeda de Emiliozzi es defensora oficial y Alvero es secretario de tribunal oral y tuvo ese cargo durante más de diez años en un juzgado de Instrucción, aunque sus expectativas están puestas en uno de los seis TOC vacantes, en cuyo concurso también quedó muy bien ubicado.
En el cuarto puesto quedó Daniel Rafecas, ex subdirector de la Unidad Fiscal de Investigación de delitos Tributarios y Contrabando (Ufitco), actual cabeza de la fiscalía de distrito de la Boca y profesor adjunto en la UBA, quien luego de los antecedentes había quedado 65º, pero obtuvo el mejor puntaje en el examen de oposición. El defensor oficial Luis Salas llegó quinto y el secretario de un Tribunal Oral de Menores Sergio Real se ubicó sexto.
Ahora será el turno del Plenario del Consejo, que deberá armar una terna y enviarla al Poder Ejecutivo para que elija uno de los candidatos y el Senado le apruebe los pliegos. La plaza que dejará vacante será ocupada luego por otro candidato que conformará un nuevo trío de potenciales jueces.