El juez federal Juan José Galeano, con intervención del secretario del juzgado federal 10 Javier Helou, analizó la situación de Leonardo Fleischmann y Alicia Graciela Manrique , en una causa que le fue derivada por la justicia Civil, en la cual se tramitaba un pedido efectuado por Nora Fleischmann para que le sea restituida su verdadera identidad aduciendo ser hija legitima de Noemí Angélica Ferrazzuolo y Horacio Jorge Sosa.
La resolución judicial de absolver al matrimonio Fleischmann marca una divisoria de aguas con los casos de apropiadores que se investigan en otros tribunales del fuero federal, referidos en su totalidad a los hijos de personas desaparecidas nacidas en cautiverio, que fueron criados como propios por militares o personas de su conocimiento.
Al brindar su testimonio la joven sostuvo que había nacido el 7 de septiembre de 1975 e inscripta por su madre legítima como “Maité Ferrazzuolo” y que el fallecimiento de sus padres fue provocado “por el accionar de grupos paramilitares”.
Según surge de la investigación fue la propia joven quien relató ante la justicia los motivos que llevaron a los Fleischmann a tenerla a su cargo tras la muerte de sus padres y anotarla como propia “inmersos en el temor que se vivía por aquel entonces y a los fines de proteger a la familia integra de las consecuencias de estar criando a la hija de “subversivos”...”.
Al declarar en la causa, la joven justificó al Tribunal “íntegramente la conducta desplegada por sus presuntos padres –Leonardo y Alicia—en cuando haberla inscripto como hija propia, ello en razón de que los acontecimientos” vividos los obligaron a irse del país” permaneciendo en Israel, Italia y luego en México para regresar a la Argentina en 1983 con el advenimiento de la democracia.
Durante su exilio, la criatura fue informada acerca de su verdadera historia y que sus padres habían muerto en una guerra, mientras quienes la criaron participaron de organizaciones de los derechos humanos en el exterior, cuando ya comenzaban a circular listas de personas desaparecidas en la Argentina.
“Nora” o “Maité” sostuvo que “en ningún momento le han ocultado su verdadera identidad, y por el contrario siempre supo de lo acontecido con su verdadera madre” y contó con la ayuda “incondicional por parte de los Fleischmann”.
Fue a partir de esa búsqueda y a su regreso a la Argentina que pudieron tomar contacto con un hermano gemelo de Sosa, y tras realizarse los exámenes de ADN en el hospital Duran se constató que en un 99,999987 por ciento de certeza se trata de su tío biológico. Hector Sosa, al declarar en la causa confirmó que sabía que su hermano estaba en pareja con Ferrazzuolo quien en 1975 estuvo embarazada.
Pero el relato más conmovedor los efectuó ante la justicia el propio Fleischman quien explicó los motivos que lo llevaron a inscribir como propia a “Maité” aprovechando contactos que su padre tenía en el registro Civil, antes de abandonar el país mediante la ayuda brindada por la embajada de Israel en Buenos Aires.
Fleischmann recordó que en aquella época él y su esposa colaboraban con el PRT (el brazo político del ERP) y que en esas circunstancias conocieron a otra militante a la que sólo conocían como “Mecha” al igual que su pareja conocida como “El Negro”. La mujer estaba embarazada de seis meses y, al ser asesinado Sosa, se les solicitó que alojaran a esta ultima en su casa.
Antes de dar a luz, “Mecha” abandona el domicilio de los Fleischmann con rumbo desconocido, pero con posterioridad se enteran que había tenido una criatura y se encontraba bien. Cuando la niña tenía un mes de vida la mujer regresó permaneciendo al cuidado de la criatura durante tres meses, mientras la madre desarrollaba su actividad política. Una vez más la mujer partió con rumbo desconocido , hasta diciembre de 1975 cuando se enteran por los diarios de su asesinato, y tiempo después el responsable del grupo les entregó la nena en el entendimiento “que era el lugar mas seguro en que podía vivir Maite”.
El juez Galeano consideró “seriamente la versión brindada por los imputados,. en el sentido de que Nora Fleischmann fue en todo momento conciente del proceder desplegado por sus padres adoptivos, justamente por el que hoy se hallan imputados, estando agradecida a ellos por la familia que le han brindado, y que le han hecho saber sobre la verdad de su origen”.
El magistrado entendió que si bien es cierto que los ilícitos que se les imputan en principio responderían a las conductas tipificadas como alteración del estado civil de una persona menor de diez años y falsedad ideológica de instrumento público, no se cumple con el requisito de “causar perjuicio” ya que la joven “en todo momento respaldó el accionar de sus padres adoptivos”.
“A raíz de los graves sucesos políticos ocurridos, los imputados debieron irse del país, debiendo para ello obtener algún tipo de documentación que identifique a la niña y que permita a ésta viajar al exterior con la familia Fleischmann. En consecuencia la inscripción ante el Registro Civil como hija propia, en tal contexto, se efectuó en procura de su seguridad y la del resto de la familia”.
Por último destacó que como “razonable pensar que Leonardo Fleischman y Alicia Manrique, movidos por propósitos bien intencionados, entendieron que inscribiendo a Nora como hija propia de aquellos preservaban la integridad y la seguridad física, pudiendo así inclusive brindarle todo el amor que sus padres biológicos de vivir le hubieran dado, sin perjuicio del reproche del ordenamiento jurídico vigente, circunstancia esta que evidentemente no fue evaluada en forma cabal por los mismos en el momento de desplegar el accionar cuestionado”.
Galeano, luego de sobreseer a los Flieschmann remitió el sumario al fuero civil por considerarse incompetente para resolver el planteo de identidad de la joven.