Garzón añadió que "eso quebranta todos losprincipios jurídicos por los que se está luchandodesde hace mucho tiempo y que están contemplados en laDeclaración Universal de Derechos Humanos de 1948".
"Hay mecanismos más que suficientes previstos en laley y con todas las garantías para establecer laspruebas y tras un juicio justo dictar la sentencia quecorresponda", explicó.
Para el juez, que viene interviniendo en causascontra represores de la dictadura militar argentina"no hace falta acudir a medidas de excepción cuandoesas medidas se han visto en otros momentos históricoscomo ineficaces y se han convertido en una especie decaza de brujas".
En cuanto a la necesidad de una Corte PenalInternacional, afirmó: "que duda cabe que no va a seruna panacea, no se trata de suplir a lasjurisdicciones nacionales, cada país tiene laobligación de actuar sin tener por norte una corteinternacional, pero esta aparece para brindarseguridad en la sanción".
La no ratificación del tratado sobre la Corte PenalInternacional "es comprensible en países nodemocráticos, pero incomprensible en los democráticossobre todo cuando se pide solidaridad de otros paísescomo la solicitada con relación a los atentadosterroristas del once de septiembre".
Garzón se mostró muy cauto para opinar sobre suactuación en la causa por violación a derechos humanosen la dictadura militar, y aclaró que "mi visita a laArgentina no ha sido para impulsar algo".
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