Acompañada por su abogado, Mariano Cúneo Libarona, Amira declaró sólo 15 minutos en el Juzgado Federal 2, y al retirarse le dijo a los cronistas que la persiguieron que había concurrido a Tribunales por “razones personales”.
Después, se confirmó en fuentes judiciales que concurrió al juzgado de Ballestero para declarar como testigo en la causa que se sigue contra el traficante de armas sirio Monser Al Kassar. Se supo además que en el breve acto la ex funcionaria se limitó a “ratificar lo que había dicho en una testimonial anterior”.
En esa oportunidad, Amira –quien vive en Marbella desde hace dos años- dijo que “acompañó” a Al Kassar a gestionar la documentación argentina “a título personal”, y no en su calidad de funcionaria.
Las fuentes indicaron además que la testimonial de Amira Yoma es “una de las últimas actuaciones” antes que la causa sea elevada a sentencia, ya que se tramita por el viejo código de procedimientos.
En noviembre de 2000, la Sala II de la Cámara Federal confirmó el procesamiento con prisión preventiva de Al Kassar por haber hecho o consentido que se insertaran datos falsos para obtener documentación personal que le permitió acceder a un DNI argentino y luego el pasaporte, si tener el tiempo de residencia requerido en la Argentina para ello.
Como la causa se tramita por el “viejo” Código Penal, la prisión preventiva no se hizo efectiva.
Los camaristas Eduardo Luraschi, Martín Irurzun y Horacio Cattani consideraron que la “falsedad ideológica” habría permitido que obtuviera en febrero de 1990 un certificado de admisión de residente permanente en el país y, luego, la carta de ciudadanía argentina.
La ciudadanía argentina de Al Kassar fue otorgada por el juez federal de Mendoza Gerardo Rodríguez, luego que este presentara la mencionada documentación, así como también un documento nacional de identidad que gestionó con Amira Yoma.