PREOCUPACIÓN. Es la que existe entre los jueces por el avance de una iniciativa que tuvo impulso en el Congreso y que ya fue aprobada en diputados para derogar todas las jubilaciones “de privilegio”. Sucede que los jueces entienden que la ley que establece el régimen jubilatorio para la justicia difiere de otros, como por ejemplo, quienes han ejercido por un tiempo fugaz el cargo de ministro en cualquiera de las áreas de gobierno y resulta irritante que se lo compare con quienes han desarrollado toda la carrera en la Justicia. Este caso no constituye un privilegio, dicen. Pero como saben que algo hay que conceder, la corporación judicial no se opondría a elevar la edad jubilatoria de los jueces, fijada en la actualidad en los 60 años. Es que con los actuales parámetros de longevidad, son muy pocos quienes tienen la intención de retirarse a esa edad, pudiéndola estirar por ejemplo hasta los 65. El temor apunta ahora a la Cámara de Senadores donde el proyecto aprobado en diputados parece “cajoneado”, pero por muy poco tiempo. Con las sospechas que han pesado sobre esa cámara legislativa nadie quiere que el día de mañana salgan a denunciar que se complotaron para defender privilegios. El tema va a dar que hablar, pero la caldera subió su aguja a la zona roja.
ALISTADOS. Están los integrantes del Ejército israelí que participaron de las tareas de rescate tras el atentado contra la AMIA a viajar a Buenos Aires para declarar en el juicio oral y público en curso. Es más, el tribunal oral ya recibió un okey desde Israel. Pero el problema, claro está, es la plata. Devaluación mediante, es difícil sostener viaje y estadía de 40 personas, misión imposible, se sinceraron en el séptimo piso de Comodoro Py. Sin embargo, todos saben que al menos algunos de los rescatistas israelíes tienen que declarar si o sí, porque tal como se vio hasta ahora, en el juicio podrán hacer un valioso aporte al esclarecimiento de cómo fue hallado junto a los bomberos argentinos el motor numerado que condujo la investigación hacia Carlos Telleldín. ¿Cómo se resolverá el asunto? Parece que sólo viajarían algunos israelíes -tal vez los jefes del grupo o los especialistas en pericias- y el resto declararía a través de una videoconferencia. Ante la crisis, imaginación, es la consigna en boga entre los jueces del extenso juicio oral. (especial del diariodeljuicio.com)
TRAER PAPEL. Es la frase que se escucha por parte de los empleados judiciales de las distintas mesas de entradas de los juzgados. ¿Qué pasa?, los insumos no alcanzan para que desde los juzgados puedan dar copias de las resoluciones. Cuál es la solución, una y sólo una: que los abogados deben ellos mismos llevar su papel. Este periodista pudo comprobar en persona como un letrado en la mesa de entradas de un juzgado Civil y Comercial federal clamaba por una hoja para poder tener una copia de una resolución. El pobre pedía y pedía que le den una simple hoja, hasta que una colega se apiado de él y le brindó una blanca hoja oficio, no sin decirle que la próxima vez “se comparara un block”, tal como ella lo había hecho para no pasar por esos feos momentos. Es claro que esa situación que se vive diariamente en los juzgados no es culpa de los empleados ni de los jueces, ya que muchas veces compran de sus propios bolsillos los insumos, tal como se lo anoticiaron al director de la AFIP los jueces con los que estuvo reunido el día jueves. El tema es que las partidas de presupuesto son insuficientes para cubrir los gastos operativos de los juzgados y lamentablemente terminan pagando los costos los abogados y los empleados que deben soportar el mal humor de la gente.