El artículo 145 establece una pena de prisión de dos a seis años a quien “condujere a una persona fuera de las fronteras de la República, con el propósito de someterla ilegalmente al poder de otro o de alistarla en un ejército extranjero”.
Los dos denunciantes presentaron su escrito ante el Máximo Tribunal para que ejerza su competencia originaria de acuerdo al artículo 117 de la Constitución, por tratarse de un ministro y un cónsul extranjeros, además de dos ciudadanos con rango militar. Los acusados son el ministro de Defensa Federico Trillo, el Teniente General Gregorio López Iraola, el General de División José Luis Asensio y el cónsul español en Argentina.
Los dos accionantes, que se presentaron como ciudadanos argentinos, explicaron que tomaron la decisión de hacer la denuncia ante información periodística que daba cuenta de que 300 jóvenes descendientes de españoles y con doble nacionalidad partirán hacia el país de sus ancestros la semana próxima para alistarse en las Fuerzas Armadas tras una convocatoria oficial de ese país.
La campaña del Ministerio de Defensa español comenzó la última semana de abril, cuando se enviaron 19 mil cartas destinadas a jóvenes “españoles” residentes en Argentina y Uruguay “para invitarlos a la vocación castrense en la península”.
Según Cartañá y Gánora, España estaría reclutando mercenarios argentinos. Así lo explicaron en la presentación que tendrá que merituar el Máximo Tribunal: “La pasividad frente a la política de estado de una potencia extranjera tendiente a reclutar nuestros jóvenes para servir de mercenarios en sus fuerzas armadas profesionales y a socavar la lealtad a la patria de nuestras reservas, constituye una forma de comisión por omisión del delito denunciado toda vez que las autoridades del Ministerio de Defensa, de la Cancillería y nuestros militares tienen el deber insoslayable de proveer a la defensa común y custodiar la soberanía nacional”.
Los denunciantes sostuvieron que España, como Francia, tiene su legión extranjera, “que sirve a la ocupación militar de sus colonias africanas... y que reclutó tradicionalmente en sus tropas desocupados, criminales, los desesperados de toda laya”.