El anuncio lo dio la ministra de defensa colombiana, Martha Lucía Ramírez, quien afirmó que van a llevar estos casos a las Naciones Unidas en Ginebra con el fin de que se pueda ver “realmente de que gravedad son las acciones que se desarrolla la guerrilla” en ese país.
La medida se tomó en el consejo extraordinario de seguridad cuando el presidente Álvaro Uribe se encontró con altos mandos militares, para analizar entre otras cosas el estallido de tres coches bomba en el nororiental departamento de Arauca, que dejaron cinco muertos y más de una decena de heridos, durante la última semana.
Al parecer en dos de esos atentados los militares denunciaron que dos hermanos que estaban secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueron obligados a manejar los vehículos para supuestamente conseguir la liberación de un tercer hermano. Uno de los conductores murió y el otro salió herido.
Para Ramírez, estos hechos no tienen “precedentes” al tiempo que aseveró que estos tipos de maniobras “rebasa todos los límites de lo ético y de lo humano".Por su parte, el nuevo embajador de Colombia ante la ONU, Luis Guillermo Giraldo, calificó de "abominable" la nueva estrategia de las FARC de obligar a personas secuestradas a conducir los coches-bomba.
En ese sentido, expresó que primero “comenzaron con burros y ahora siguen con personas humanas” a lo agregó que esto demuestra que para las FARC “no hay diferencias entre unos y otros".