Se trata de Willi Heinz Ribbeck, uno de los dos alemanes acusados de violar las leyes de exportación de armas, quien durante la segunda jornada de audiencias cambió su declaración ante el tribunal estatal de Mannheim, ya que antes había mencionado que creía que ese material permanecería en Alemania.
En ese proceso la fiscalía afirmó que el material que vendió el acusado tenía como destino final Irak con el fin de ser usado en el campo militar, por este hecho lo acusan de violación de las sanciones de la ONU.
En tanto, el ingeniero Bernd Schompeter, de 59 años, también está acusado de usar una empresa en Jordania como fachada y a un mediador iraquí para la entrega de perforadoras a Bagdad, donde presuntamente serían usadas para fabricar cañones de largo alcance. Ribbeck, de 53 años, esta acusado de ayudar a Schompeter a adquirir el equipo.
La intención de la fiscalía es que los sospechosos enfrenten hasta 15 años de cárcel, al ser hallados culpables de colaborar con el líder iraquí, Saddam Hussein, al no respetar el embargo de la ONU que pesa sobre ese estado.
Los fiscales creen que el equipo fue enviado de la empresa Alriwo GmbH, con sede en Mannheim, a Jordania en 1999, y de allí a Irak. La base de su acusación es que las leyes de exportación alemanas prohiben tales ventas, al igual que el embargo de la ONU impuesto contra Irak en 1990.
En ese sentido, el juez Michael Seidling presentó durante el debate dos cartas que implican a Schompeter y a su presunto mediador, un ciudadano estadounidense nacido en Irak, Sahib Abd al-Amir al-Haddad.
Al respecto, Ribbeck aceptó que tras reunirse con al-Haddad en 1999, en Alemania, comprendió que el equipo destinado a Jordania probablemente sería “embarcado a otro sitio”.