El tucumano Ricardo Falú cobró mayor notoriedad pública en la medida que se avanzaba en la ofensiva oficial por enjuiciar políticamente al ex presidente de la Corte Suprema de Justicia Julio Nazareno. Es más, anticipa que el jueves la Comisión de Juicio Político remitirá los antecedentes reunidos en base a las acusaciones que se formularon al juez para que sea la justicia penal quien investigue si cometió algún tipo de conducta delictiva. Desde la renuncia de Nazareno, Falú no ha bajado su perfil y ahora asegura que “hay denuncias y elementos que indicarían que hay materia para controlar la conducta de algunos otros jueces de la Corte”, pero advierte que no todas las situaciones son iguales y que el hecho de que algún magistrado haya sido “cofirmante” de las sentencias que firmó Nazareno no debería producir de manera automática su destitución. Falú sostiene que en el caso de Nazareno existió “semiplena prueba” de las irregularidades por las que se acusaba por mal desempeño, y en el caso de los restantes habría que evaluar el “plexo tanto de la actividad sentencial como las conductas personales”.
”Vemos que había un cuadro de cuestiones jurisdiccionales, administrativas, disciplinarias, éticas, personales que conformaban un cuadro de situación alrededor del doctor Nazareno. Habrá que ver si la comisión considera si solamente el hecho de ser cofirmante de sentencias alcanza la categoría de una semiplena prueba de mal desempeño”, afirmó.
El legislador se entusiasma con la posible incorporación del penalista Eugenio Zaffaroni a la Corte, cuya trayectoria no debería ser puesta “en tela de juicio”, en tanto aseguró que para la Argentina “es algo así como que la Corte se ponga traje de luces”.
Diariojudicial.com: La comisión de Juicio Político que usted preside tuvo una actitud de presión, que culminó con la decisión del juez Nazareno de renunciar ¿Cuál es en este momento la actitud de la comisión para seguir avanzando sobre los demás jueces?
Ricardo Falú: La presión en un sentido estricto no fue de la Comisión de Juicio Político. La presión la sintió Nazareno por los hechos, por los cargos y por las pruebas. Él buscó la salida incruenta de la renuncia y evitó lo que era más gravoso, seguramente en su fuero íntimo, que era la sesión pública en el recinto de la Cámara de Diputados y Senadores para el tratamiento de su caso.
Respecto a la otra parte de la pregunta, podría decir que la Comisión ha tomado dos decisiones para resolver mañana respecto al ex juez Nazareno; una archivarla desde el punto de vista legislativo parlamentario, porque carece de la sustancia constitucional el juicio político, que es del magistrado en actividad, por la aplicación de lo que emana de los artículos 53 y 60 de la Constitución Nacional. En cuanto al compendio probatorio que se ha reunido, vamos a remitirlo, y posiblemente mañana votará en este sentido la Comisión de Juicio Político, para que el Poder Judicial de la Nación, a través de sus jueces penales ponderen si eventualmente existe o no actividad delictual en algunas de las conductas de Nazareno, presentación que van a efectuar los bloques del radicalismo, del ARI, del Frepaso y del Socialismo. En cuanto a las demás situaciones, obran en sede de la comisión noventa y una denuncias hasta ayer, que involucran a la totalidad de los actuales ministros de la Corte, algunos con más o con menos denuncias. La comisión tiene una primera tarea que es obviamente el estudio de las denuncias y ponderar si alguna de ellas reviste lo que el reglamento denomina ‘condiciones objetivas y subjetivas’, es decir que haya indicios ciertos de mal desempeño.
Dju: ¿Esos indicios llegaron a analizarse en el caso de Nazareno?
RF: En el caso de Nazareno había ya semiplena prueba.
Dju: ¿Qué sucede cuando las responsabilidades que se atribuyen a otros jueces en las denuncias se superponen en causas que fueron firmadas por Nazareno?
RF: Respecto de los cofirmantes de las mismas sentencias, la lógica indica que deben también revisarse sus conductas. No olvidemos que el capítulo de cargos efectuados al doctor Nazareno por el cual fue citado a declarar, era un plexo que reunía tanto conductas derivadas de la actividad sentencial, como de conductas personales o éticas vinculadas a la administración. Desde declaraciones públicas que efectuó por los medios, hasta el cobro de desarraigo, pasando por las sentencias, conforman todo este cuadro por el cual se efectuó el cargo, con lo cual le estoy diciendo que la Comisión deberá ponderar si el sólo dictado de sentencia, sin la compañía de otras conductas, a las que vamos a llamar personales o extrasentenciales, si bien judiciales o funcionales, constituyen causa de mal desempeño. Por ejemplo, hay algunas que no son sentenciales propiamente dicho sino por vía de acordadas administrativas, como sanciones a magistrados. Vemos que había un cuadro de cuestiones jurisdiccionales, administrativas, disciplinarias, éticas, personales que conformaban un cuadro de situación alrededor del doctor Nazareno. Habrá que ver si la comisión considera si solamente el hecho de ser cofirmante de sentencias alcanza la categoría de una semiplena prueba de mal desempeño.
Dju: Ayer hubo un pronunciamiento muy duro por parte del Consejo de la Magistratura respecto de la causa Magariños...
RF: El Consejo de la Magistratura ya se había pronunciado en el caso Dragonetti Roman, en su resolución 21/01 y ahora renueva el mismo criterio y le dice a la Corte “Usted se excedió por largo y además no había ninguna disconducta por parte de Magariños merecedora de sanción”. Le está diciendo dos cosas: que el doctor Magariños se portó bien y además usted no tenía facultad para sancionarlo, aún portándose mal. Esto es muy grave porque afecta la libertad de opinión académica y la libertad de expresión cívica. Acá no actuó el doctor Nazareno en tanto presidente del Consejo de la Magistratura, sino que actuó como presidente de la Corte.
Dju: Se produce de manera casi simultánea otro hecho de significación política como puede llegar a ser el tema de la reapertura de la causa Meller por parte de la Cámara Federal.
RF: Hacemos referencia a la sentencia de la Sala Uno de la Cámara Federal, que en el día de ayer dejó sin efecto un archivo que se había dispuesto a favor de María Julia Alsogaray; ordena reabrir la investigación y que se le tome declaración indagatoria, hecho que muestra cuán serios eran los cargos que estabamos nosotros efectuándole al doctor Nazareno. Muestra cuán débil era la argumentación de la defensa, diciendo que nuestros cargos eran superficiales o que eran meramente políticos. Mire usted como de las cuatro resoluciones firmadas por los jueces de la Corte que formaban parte de nuestros cargos, tres fueron acompañadas por el mismo criterio; en la causa penal Meller y Magariños en el Consejo de la Magistratura y la tercera es la causa de Francisco Macri.
Dju: ¿Utilizando una figura del boxeo, esos suenan o son como golpes pegados para quitar aire a los ministros de la Corte que estarían en la misma condición o similar que Nazareno, como el caso de Moliné O’Connor o Guillermo López?
RF: La Comisión tomará la determinación. Yo creo que están en una situación comprometida todos los cofirmantes de esos pronunciamientos, tanto en Magariños como en Dragonetti Roman, que son dos jueces sancionados, como en los casos Meller y Macri. En todos creo, en principio, que hubo mal desempeño. Al aire se lo han quitado ellos mismos, que desviaron el sentido de las sentencias, con lo cual las sentencias ya no son tales, sino que tienen la forma de sentencia pero no tienen la esencia, que es las de dar a cada uno lo suyo, administrar justicia, aplicando objetivamente la ley a los hechos que informan las causas. Cuando ya se produce un desvío, de acuerdo a elementos probatorios, la prueba compuesta que se va organizando en comisión, no podemos decir que estamos controlando o inmiscuyéndonos en el control de las sentencias de la Corte, que también es un falso dogma que se ha construido para consagrar esa maravilla que tenemos los argentinos que es crear teoría de la impunidad. Estas no son sentencias; son simplemente actos utilizando la lapicera de juez pero dictando actos que están lejos del espíritu de Justicia, y que sirven para beneficio de terceros, para presionar o para beneficiar a los grupos económicos.
Dju: ¿Con qué celeridad va a trabajar la Comisión en los casos restantes, porque lógicamente tiene que haber una necesidad de que se interrumpa ese proceso, ese funcionamiento irregular?
RF: El sistema constitucional es bastante intrincado y complejo. Cuando concibieron este mecanismo de remoción de los jueces tan difícil y complejo que requiere mayorías especiales del Congreso, era para sacar a los jueces de las pasiones y las luchas políticas y preservarlos. En el tiempo se desnaturalizó porque de aquellos grandes jueces que quiso preservar la Constitución pasamos ahora a jueces que han perdido la credibilidad y que han dañado el prestigio social de la justicia. No obstante ello, nosotros nos hemos dado una política de trabajo en la que haya un equilibrio entre la agilidad y la prudencia, entendidos como un no actuar con arrebato o un mero voluntarismo político de avanzar en base a los números de diputados que existen como alto consenso para la votación, sino equilibrada, vistiendo el consenso político con prueba jurídica. En cualquier caso, el trabajo en la Comisión demora treinta días, la votación en el recinto son veinte días más y el tratamiento en el Senado un par de meses, así que un juicio en el Senado llevado con agilidad y mesura combinados, siempre demanda entre tres a cuatro meses.
Dju: Se habla de Moliné o de López , ¿qué va a suceder con otros nombres a los que la prensa incluyó en la llamada “mayoría automática”?
RF: La respuesta no puede ser otra que hay denuncias y elementos que indicarían que hay materia para controlar la conducta de algunos otros jueces de la Corte. Si tuviera que basarme en lo que ha llegado a mi conocimiento, las denuncias de las pruebas que hay, presumo que van a existir capítulos de cargos de acusación contra otros magistrados.
Dju: ¿Después del análisis de la defensa de Nazareno, usted que piensa sobre sus argumentos?.
RF: Cuando dice que no escuchamos a la defensa es una excusa nada más. El doctor Nazareno se fue por el peso de la prueba. Ningún magistrado deja la presidencia de la Corte Suprema sin defender su honor jurídico o personal porque le den un día más o un día menos para presentar un escrito judicial. Quienes hablaron por él cayeron en la falacia de decir que no se le dio la oportunidad de tener más tiempo, deliberadamente omiten decir que el doctor Nazareno fue citado a declarar y él optó por presentar un escrito, cuando además podría haber declarado públicamente, si él consideraba necesario, para contestar cada uno de los cargos y él no quiso hace uso de ese derecho.
Dju: ¿Qué diferencias se evidencian en este proceso actual con el del año pasado, cuando fue contra la totalidad de los miembros de la Corte?
RF: Hay dos situaciones que difieren; una que para mi es la más trascendente, que es que el año pasado se arrancó con un fuerte consenso político, por una decisión del justicialismo que estaba acompañada por los demás bloques, y luego hubo una contra-decisión por parte de los líderes del Justicialismo, porque sentían que había una extorsión por algunos ministros de la Corte al programa económico, en un país que estaba en un estado de debilidad que no podía soportar un mazazo que le podían pegar desde la Corte con sus sentencias. Hubo una contra-decisión política. Estamos ahora frente a otro país que está en condiciones de pelear a las extorsiones a punto tal que Kirchner las denunció públicamente. La segunda diferencia notable, porque hay muchas pequeñas, sería que el año pasado, al haberse hecho el juicio contra los nueve ministros, quedó la sensación de que era un juicio colectivo a la Corte, cuando en verdad eran casos individuales contra cada uno de los ministros. Pero como se lo hizo simultáneamente en el tiempo, fue muy difícil cambiar la opinión social, en el sentido que se buscaba enjuiciar a la Corte como órgano. En cambio ahora se ha modificado, simplemente como táctica, e individualmente se analiza la conducta de cada juez con separación en el tiempo.
Dju: Aparecen jueces que podrían estar incluidos, que tendrían algún punto en común con la probable presencia de Eugenio Zaffaroni, nominado por el presidente Kirchner para reemplazar a Nazareno. ¿Cuál es su opinión respecto de esa postulación?
RF: Si me pregunta mi opinión diría que en el mundo del derecho me he movido siempre en la disciplina del Derecho Penal y he escrito cosas sobre el tema. Nadie puede poner en tela de juicio la enjundia jurídica del doctor Zaffaroni, y el que diga eso es un necio. Hace falta repasar lo que él ha hecho en treinta años por el derecho Penal; es un constructor de doctrina, con una escuela que tiene sus seguidores y sus críticos en la Argentina, la escuela normativa o finalista del Derecho Penal; en el campo ético es irreprochable. Estos son los dos elementos que requiere un juez: ser una buena persona en el plano ético y ser un académico de lujo. He visto con cierta preocupación como siguen todavía algunos queriendo afectar su figura, descalificando por el lugar por donde se está y eso es ser totalitario, porque no importa dónde está una persona, lo que importa es qué ha hecho, dónde ha estado y yo veo que el doctor Zaffaroni nunca ha cambiado sus ideales por haber estado o con la Alianza o en territorio puntano, o en las Cámaras. Siempre ha puesto bien en alto las banderas jurídicas. Es para la Argentina algo así como que la Corte se ponga traje de luces.
Dju: ¿Usted cree que varía en algo que el presidente haya decidido no nominar una terna sino un solo candidato?
RF: Esto de la terna quizás haya sido una idea, un pensamiento que se puede cambiar. El presidente por la Constitución está obligado a postular a un candidato para ocupar un cargo. El decreto 222 claramente está cumplido poniendo un postulante para una vacante.
Dju: ¿Cómo se imagina en el futuro una Corte Suprema de Justicia de la Nación?
RF: Si sigue el rumbo de control del Congreso, que es una tarea de purificación que en la medida que genera pruebas de mal desempeño genera vacantes, y si por el otro lado, en paralelo, el Poder Ejecutivo sigue por este rumbo que ha marcado, de poner hombres notables, yo avizoro un buen futuro de la Corte Suprema.