Los camaristas de la Sala I de la Cámara deberán resolver una apelación del fiscal de la causa, Juan Sansone, que en marzo último pidió el sobreseimiento del presidente de Megatlón, Fernando Martín Storchi, del presidente de All Boys Horacio Roberto Bugallo, y del coordinador deportivo Julio César Giraldi.
Junto a los tres responsables del natatorio, están procesadas en la causa la guardavidas de la pileta donde murió Florencia, Giselle Vanesa Kamenetzky y la docente a cargo de la menor, María Cecilia Privato, todos por el delito de homicidio culposo.
Florencia murió el 12 de febrero de 2001 en la pileta del Club All Boys, mientras tomaba una de sus primeras clases de natación. La niña aún no sabía nadar, pero igualmente fue llevada a la parte profunda del natatorio, que no contaba con las medidas de seguridad mínimas para su funcionamiento, según dieron por acreditado los camaristas Ricardo Donna, Guillermo Navarro y Mario Filosof.
En noviembre del año pasado, los mismos camaristas rechazaron una nulidad sobre el procesamiento de Storchi, y entendieron que junto a Bugallo y Giraldi, “cada uno en el marco de las funciones que le correspondían habrían permitido que el natatorio funcionara sin cumplir con las exigencias previstas” en ordenanzas municipales.
Así, el juez criminal Mariano Bergés –subrogando al juez natural de la causa, Gustavo Karam- dio vista a las partes para la elevación de la causa a juicio, pero el fiscal se opuso a los procesamientos de los directivos y lo que parecía un camino allanado hacia el juicio oral volvió a sembrarse de dudas.
Los fallos de Cámara y de primera instancia (enmarañados por los criterios en contrario de cinco jueces de instrucción) no admitieron el pedido de los padres de Florencia, Marisa Rombolá y Alejandro Möller, de que los cinco imputados sean procesados por homicidio por dolo eventual, que prevé penas de entre 8 y 25 años de prisión.
Pero a pesar de estas negativas iniciales, Marisa y Alejandro confían en que será la instancia del juicio oral en donde finalmente se pueda discutir toda la prueba.
Ambos mantienen en Internet la página www.justiciaflorencia.com.ar, donde sostienen que las pruebas sobre el dolo están a la vista y señalan a Privato, la docente a cargo de Florencia, como quien “la llevó a lo hondo con plena conciencia de que no sabía nadar” y luego “la dejó sola después de haberle exigido una práctica extenuante física y psíquicamente”.
“Muchos niños aseguraron que Flor había debido recorrer con anterioridad 36 metros colgada del piso superior del natatorio”, porque la pileta no contaba con canaletas de seguridad por lo que, en rigor, las instalaciones debían estar clausuradas, se lee en el sitio, que recibe solidaridad y apoyo de instituciones de aquí y del exterior.
Los padres de Florencia explican además que varios testimonios señalaron que Kamenetzky, la “presunta” guardavidas (no tendría título que la habilitara), “estaba conversando a muchos metros de distancia de donde los niños tomaban clase de natación” y que “quedó probado que el personal de Megatlón All Boys no asistió a la niña con los elementos necesarios exigidos por ley para salvarle la vida hasta que llegó la ambulancia”.
“El personal que debía estar a cargo de Florencia fue suprimido en un 72% el día en que la mataron”, sostienen, y aseguran que así “queda probado que no se trató de un descuido sino de una cuidada planificación deportiva que apuntaba al lucro, con indiferencia por la vida”.