Se trata de un mecanismo de auditorias acordado por el Máximo Tribunal provincial que comenzó a aplicarse en mayo pasado mediante la verificación de los libros, registros y causas atendidas por el juzgado en lo civil y comercial de Salta. En ese lugar el cuerpo de auditores reunió datos sobre el funcionamiento del tribunal, al tiempo que controló los horarios de trabajo cumplidos por funcionarios y empleados. De ahora en más esta será la metodología para auditar los juzgados restantes de la provincia, en base a un cronograma que tiene previsto realizar inspecciones hasta noviembre de este año.
Para el presidente del Máximo Tribunal de Salta, Miguel Posadas, el nuevo sistema tiende a “obtener un diagnóstico preciso e individualizado de cada uno de los juzgados para orientar, corregir y mejorar su funcionamiento”.
La nueva forma de control de los Tribunales inferiores no sólo fue creada para detectar anomalías sino también para conocer las inquietudes y necesidades de los jueces y el personal de las sedes judiciales. La información recopilada se incorporará a un sistema estadístico tendiente a la eficacia de la administración de justicia.
La Corte de Justicia dispuso este mecanismo de control en base a las “facultades ordenadoras, organizativas, directivas, disciplinarias y de vigilancia y control en el funcionamiento de los juzgados, el ejercicio de los funcionarios y empleados del sector”, otorgadas por la Constitución provincial en cuanto a la superintendencia de la administración judicial.
Por su parte, la ley orgánica del Poder Judicial provincial no sólo le da el poder a la Corte para ejercer control sobre la conducta de los magistrados y funcionarios de la justicia, sino que dispone que se deben realizar visitas de inspección a los tribunales inferiores por lo menos una vez al año.