A raíz de este hecho la Asociación de Control de Copias de DVD, dependiente de los principales estudios de Hollywood, inició una querella en contra de éste y otros programadores en el marco de la ley que protege los secretos comerciales y solicitó asimismo una medida cautelar para que se retire del sitio el programa cuestionado.
Planteado en tales términos el asunto, un tribunal de San José obligó al denunciado a retirar este contenido de la red, pero la alzada de California estimó que los códigos informáticos que son utilizados para realizar copias ilegales de DVD “no están protegidas por las leyes de libertad de expresión”.
Al resolver en este sentido, el tribunal modificó el pronunciamiento dictado por el juzgado de la instancia anterior en donde se había resuelto prohibir la publicación de tales códigos informáticos.
El tribunal californiano entendió así que la libertad de expresión está por encima de la protección de los secretos empresariales -en este caso, los códigos informáticos.
Si bien, los vocales se limitaron a resolver la medida cautelar recurrida, no determinaron si el código informático en cuestión constituye o no un secreto comercial, dada la amplia difusión de este programa, y dejaron que un tribunal inferior decida al respecto.