Ahora, el estudio Sena & Berton Moreno, a través del abogado Julio Lago, logró que la Sala III de la Cámara de Casación aceptara un recurso de queja contra la resolución de la Cámara Federal que confirmó el archivo de la denuncia por “inexistencia de delito”.
Quilmes había denunciado que el tono de la publicidad de Isenbeck para el Mundial 2002 –donde se hacía referencia en tono burlón al ingreso de capitales brasileños en la tradicional empresa de la familia Bemberg- violaba la ley 22.362.
En esa publicidad, Isenbeck utilizó la marca de su competidora sobre una bandera brasileña, advirtiendo que Quilmes se había “vendido” a capitales del vecino país, mezclando así negocios con códigos deportivos.
Primero el juez Jorge Ballestero y luego la Cámara Federal entendieron que la publicidad no violaba la ley de marcas. El juez de primera instancia, por caso, dijo que Isenbeck “utilizó la marca Quilmes a fines de desacreditar de una u otra forma la fuerte campaña que estaba realizando ésta a raíz del mundial”.
Pero calificó la medida de “ocurrente”. “Nada más ocurrente que cuestionar su composición accionaria, en una época como la del Mundial de Fútbol, en la que cada uno defiende su camiseta hasta las últimas consecuencias, en el contexto de la pasión de dicho deporte”, escribió el juez.
Después, la Cámara Federal entendió que la campaña de Isenbeck era lícita en los marcos de “el derecho a la libertad de expresión previsto por los artículos 14 de la Constitución Nacional, 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”.
Pero los abogados de Quilmes no se conformaron y decidieron acudir en queja ante la Cámara de Casación. Allí, los jueces de la Sala III, decidieron estudiar el recurso. Por ahora, no se fijó audiencia para que las partes amplíen sus argumentos, confirmaron fuentes judiciales.
Una pelea en varios fueros
Más allá de la suerte de la denuncia penal de Quilmes contra Isenbeck, siguen pendientes de resolución tres denuncias de la cervecería sureña contra su competidora, unificadas en el Juzgado 11 en lo Civil y Comercial Federal, a cargo de Carlos Héctor Álvarez.
Fuentes cercanas a la querella indicaron que Quilmes siempre quiso litigar en ese fuero los conflictos con las competidoras, pero que recurrieron a la denuncia penal porque, a pesar de las medidas cautelares interpuestas desde abril de 2000, Isenbeck siguió “en un viva la pepa”. La batalla sigue abierta.