Sin embargo los miembros del tribunal estimaron que no existieron elementos suficientes, durante el juicio, para condenar también a Bento por el delito de "homicidio simple", que lleva una pena mínima de ocho años de cárcel. Recordemos que este hecho ocurrió el 2 de mayo de 2002 cuando Bento, con otros tres cómplices aún prófugos, asaltaron a una joven pareja en una plaza cercana al shopping Buenos Aires Design tras arrebatarle dos mochilas, ropa, joyas y una pequeña cantidad de dinero huyendo en dirección a las vías del tren linderas con la Villa 31.
Tras los gritos de los jóvenes el inspector Mario Alejandro Alvarez comenzó a perseguir a éstos y consiguió detener a Bento detrás de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, a un metro del paredón que bordea las vías del tren.
Según constaba en la instrucción, el policía tenía tomado de los brazos a Bento, pero al aproximarse un tren que cumplía el trayecto Tigre-Retiro Bentó se zafó y el uniformado cayó a las vías, donde fue embestido por la formación.
Cuando la causa tuvo su debate oral, los dos testigos de cargos entraron en contracciones sobre el modo en el cual se habían desarrollados los hechos y ante el beneficio de la duda, el imputado logró ser condenado por el robo, no así por el homicidio del agente.
Si bien, la querella, ejercida por el abogado Raúl Berdar -en representación de la familia del inspector Alvarez- había pedido la pena de prisión perpetua, los jueces Alfredo Imbrogno, Carlos Binda y Rodolfo Bustos Lambert consideraron que sólo habían sido probados los delitos vinculados con el robo, por lo cual dictaron condena sólo por esos hechos.