Jorge Gabriel Rizzo

Señora Directora: Me dirijo a UD. atento a que es practicamente delictivo, que el Consejo Directivo del CPACF, con la firma de su Presidente y su Secretaria General, tenga la desfachatez, descaro e ignominia de publicar en su página web bajo el título "Justicia y Equidad para la Paz Social" sobre todos los abogados que realizamos planteos de inconstitucionalidad contra las leyes de pesificación conocidas como el "chiquero financiero" una afirmación como la que le transcribo: "...Finalmente debe ponerse de resalto la ímproba labor llevada a cabo desde un comienzo por los abogados que en la emergencia tomaron a su cargo las acciones tendientes a frenar y revertir las flagrantes transgresiones a expresas garantías constitucionales, generadas por los distintos gobiernos de turno..." Carlos A. Alberti, Presidente, Alicia S. Mutilva Secretaria General".
Quisiera aclarar que, la palabra "improba" no existe como tal en el Diccionario de la Real Academia Española, tampoco "improbo", de allí que la que debemos remitirnos al vocablo sea "improbidad".
Veamos como define la R.A. a la "improbidad": (Del lat. improbĭtas, -ātis). "Falta de probidad, perversidad, iniquidad". Luego a la probidad como "honradez"; a la perversidad como "cualidad de perverso" y a la iniquidad "maldad, injusticia grande".
Es decir que, los abogados que llevamos acciones de amparo contra la pesificación, para el Consejo Directivo del CPACF, somos "deshonrados, perversos, malos y buscamos la injusticia".
El Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, y los firmantes de la "declaración" nos deben un desagravio público, explícito y concreto a la familia de los abogados a quienes, supuestamente, representan, por cuanto dicha afirmación no solo es una manifestación contraria al Código de Ética de la Institución, sinó que también conlleva en si misma una conducta tipificada por el Código Penal como injuria, muy pero muy cercana a la calumnia, por lo que mañana, jueves 4 de noviembre de 2004, presentaré por mesa de entradas una nota para señalarles dicha terminología soez, con la consabida denuncia ante el Tribunal de Disciplina, copia a la Comisión de Derechos Humanos y de Defensa del Abogado y, sin perjuicio de la expresa reserva de promover la pertinente querella contra los firmantes y el resto del Consejo ante la Justicia en lo Criminal por la comisión de los delitos de "injurias y calumnias".
¿Acaso está de moda y, ahora coinciden con los Dres. Righi, Belluscio y Maqueda en que la culpa la tienen los de "abajo"?
¿También los abogados al igual que los jueces inferiores seremos los culpables de la falta de arreglo con el FMI y demás organismos de crédito y usura internacionales?
Que el Consejo Directivo ponga las barbas en remojo, esta vez han ido demasiado lejos. No lo vamos a tolerar.
Sería preferible que, aunque sea los firmantes de semejante bajeza que son quienes TIENEN LA MÁXIMA RESPONSABILIDAD POR RATIFICAR CON SUS FIRMAS DICHOS TÉRMINOS, MAÑANA MISMO PRESENTEN SUS RENUNCIAS NDECLINABLES A SUS CARGOS, puesto que, aún si se tratara de un "simple error material", ya todos los letrados honestos, probos, y de buena voluntad, nos hemos visto enlodados con semejante improbidad, incapacidad y afrenta a nuestro buen nombre, honor y capacidad profesional.
Ante cualquier duda, invito a todos los colegas a que lo lean por Uds. mismos y compartamos el deshonor juntos, haciendo un simple click en el siguiente link de sitio web del CPACF: http://www.cpacf.org.ar/gris/X_declapesi.htm
Por otra parte, sería más productivo que los otros señores miembros del Consejo Directivo, en especial los firmantes de la declaración, dejen de apoyar candidaturas de personages con antecedentes lamentables como el Procurador General de la Nación; leyes de la Legislatura de la Ciudad inaplicables en la órbita de la Justicia Nacional y Federal; o siga apoyando al gobierno nepotista que nos tocó en co