El escrito señala que "el Atlético de Madrid es una familia unida y debemos seguir unidos en estos momentos por quien entendemos que era y es nuestro presidente Jesús Gil", con quien "siempre existió una relación humana personal y profesional". "Es necesario que esa relación se mantenga por el bien del Atlético de Madrid pues un club sin cabeza no puede pensar en el futuro y entender los problemas de todos y cada uno de sus empleados incluidos nosotros", continúa. Los jugadores indicaron finalmente que "por todo ello queremos que se restablezca la situación de tranquilidad y de trabajo y que si la Justicia decide intervenir o fiscalizar las cuentas, que lo haga pero que no permita que se pueda jugar con la historia de un club y con la ilusión de muchísima gente".
Por su parte, los responsables de las peñas de la entidad consideran "totalmente injusta y desproporcionada la medida tomada contra el club" y señalan que "es una de las entidades más saneadas del fútbol español, por eso no hay motivo para que sea cabeza de turco de los problemas que actualmente vive el fútbol". Los simpatizantes, que se concentrarán en los alrededores del Estadio el domingo, consideran además en su nota que los interventores designados por el juez "no son las personas adecuadas para gestionar el club, pues carecen de experiencia y motivación para dirigir una entidad como el Atlético de Madrid". El juez Manuel García Castellón decretó a fines de diciembre la destitución de todo el Consejo de administración del Atlético de Madrid, incluido su presidente, nombró a un administrador judicial y ordenó la intervención y bloqueo de cuentas y saldos del club.
El magistrado investiga una querella contra Jesús Gil y Gil, su hijo Miguel Angel, director general del club, y otras cinco personas más por el supuesto fraude de unos 25 millones de dólares una presunta defraudación o apropiación indebida, desde 1992, de cerca de 55 millones.