Durante la convención, el titular de la cartera de Justicia y Derechos Humanos ratificará la novedosa postura de la Argentina -apoyada por otros países de la región como Brasil y Chile-, que viene cuestionando la estructura del sistema de arbitraje del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas e Inversiones (CIADI), donde el país afronta más de 30 juicios de empresas extranjeras, en su mayoría, privatizadas.
De esa manera, Rosatti argumentará que, en los casos donde el país afronta demandas por las consecuencias de la crisis del 2001, Argentina no violó el Tratado de Protección de inversiones; no hubo expropiación de activos ni discriminación porque las medidas económicas afectaron a todos por igual; y, aún después de la crisis, las empresas siguieron actuando y liquidando dividendos.
La Conferencia sobre Arbitraje Internacional de Miami ofrece anualmente una oportunidad para analizar temas específicos del arbitraje internacional y discutirlos en profundidad. Este año los tema a desarrollar se centrarán en cuestiones procesales prácticas que incluyen la admisión de pruebas y el valor que se les asigna, lo que debe hacerse y lo que debe evitarse al interrogar a testigos, y el uso de testimonios de peritos.
De los procesos radicados ante el CIADI los mas avanzados en donde la Argentina ya atravesó la etapa de audiencia oral son los promovidos contra el país por CMS, accionista de Transportadora Gas del Norte (TGN), que demandó por 261 milllones de dólares, y por Azurix, que reclama 556 millones, en tanto que en esta semana se está realizando la audiencia en el arbitraje solicitado por la firma norteamericana LG&E Energy Corp., inversora de las empresas distribuidoras Gas del Centro SA, Gas de Buenos Aires Norte (GasBan) y Gas Cuyana, que demandó al país por 268 millones de dólares.
En un reportaje concedido a Diariojudicial.com a comienzos de diciembre, Rosatti había criticado el sistema señalado que “la formación de los árbitros y del propio régimen CIADI tiene un fuerte sesgo comercialista, que es muy poco propenso a asumir consideraciones tales como “crisis económica” o “modificación de patrones de medida del valor de la propia moneda” pues “el régimen está pensando para laudar en circunstancias de absoluta normalidad y hoy el CIADI debe laudar sobre cuestiones de una absoluta excepcionalidad.