Así lo resolvió el fiscal chileno Carlos Meneses quien hizo lugar a un exhorto librado por Galeano en el cual requirió a la justicia de distintos países de la región colaboración a fin de que informen sobre los funcionarios que se desempeñaron por aquella época en la embajada de la República Islámica de Irán, así como también fotografías de los mismos.
El magistrado argentino dio cuenta de las sospechas que recaen sobre el líder religioso y ex agregado cultural iraní en Buenos Aires, Mohsen Rabbani, y sobre dos "correos" iraníes que ingresaron a la Argentina el 15 de julio y egresaron de su territorio el 17 de julio, un día antes de cometerse el atentado contra la mutual judía.
La novedad le fue comunicada hoy a Galeano, un día después del trágico atentado contra las torres gemelas de Nueva York y el Pentágono, en los que murieron miles de personas. El magistrado argentino, según pudo confirmar DiarioJudicial.com se comunicó con la delegación del FBI en la Embajada de los Estados Unidos poniendo a disposición a todo su juzgado para cualquier tipo de consulta o colaboración.
En el exhorto librado a Chile, el juez argentino había sostenido que "si bien es cierto que no existe entre nuestros países un convenio que regule el auxilio judicial penal, es necesario tener en cuenta que actualmente los estados exigen una mayor cooperación en temas donde se hallan comprendidos intereses esenciales que no son patrimonio exclusivo de un solo estado sino de la comunidad internacional en su conjunto".
Al respecto, sostuvo que dicha colaboración entre los distintos países "permite contrarrestar los efectos indispensables de la actividad delictiva internacional organizada, cada vez más sofisticada" , y "tiende a consolidar el ejercicio del poder penal en la esfera de la comunidad internacional".
Respecto de su requerimiento, Galeano indicó que "resulta posible que hayan existido contactos con funcionarios iraníes acreditados en distintas embajadas de la República Islámica de Irán en el continente americano" a través de los ya mencionados correos, cuya presencia en Buenos Aires para la época del atentado "resulta al menos sospechosa".
Se trata de Seyed Yousef Arabi y Hamid Reza Hosseini, ambos funcionarios de la embajada de Irán en Santiago de Chile, quien ingresaron al territorio argentino procedentes del vecino país, por lo que se requirió -y ahora Chile accedió hacerlo-información sobre los movimientos migratorios que registren" ambos ante las autoridades de ese país y "los antecedentes que sobre sus persona pudieran haber reunido los pertinentes organismos de inteligencia y/o seguridad.