El juicio comenzará el lunes 13 de junio y a Galeano se le imputan 13 cargos por presuntas irregularidades cometidas durante su actuación en la causa AMIA.
El núcleo central del texto de 10 hojas es hacerle saber a los jueces su descontento por la decisión de no aceptar el interrogatorio para los testigos propuestos por Galeano y su defensor oficial. Según Galeano, ahora el Jury “decide imponernos bajo intimación una nueva carga para que indiquemos con otros cuestionarios el propósito tenido en miras al proponer a los testigos” lo que implicaría “una suerte de revisión sobre lo ya aceptado y resuelto”.
Galeano calificó al proceso como un “mero simulacro” de juicio y no dejó pasar la oportunidad de criticar a los miembros del Jurado. Afirmó que “no admiten leer y analizar la única causa penal por cuya tramitación se me juzga”, que no le permitieron demostrar “cómo la policía bonaerense intentó desviar la investigación” y que “el Jury impidió un relevante acto de defensa como era el escuchar e interiorizarse de las opiniones de destacados especialistas en investigación de casos terroristas, de cuyos dichos o exposiciones hubiera surgido la regularidad y legalidad de mi proceder como magistrado instructor”.
Consideró que se lo acusa “de hacer legajos para realizar investigaciones. De tener entrevistas con informantes. De filmarlas para contar personalmente con una constancia de lo sucedido o recordarlas. De conocer una operación de inteligencia en la que se acordó comprar información que se sostiene es la verdad de lo ocurrido” y agregó que fue él quien exhibió y proceso a muchos de los responsables de la corrupción estructural del país.
Galeano también calificó las preguntas que se le formularan a muchos de los testigos que comparecerán ante el Jury como “improcedentes” porque apuntan a que emitan un juicio de valor y no hechos. Y agregó que “en caso de resultar necesario” se presentará ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.