Los siete hombres tienen entre 23 y 52 años y en los últimos tres años se presentaban en las obras en construcción para ser contratados como encargados de la seguridad de las mismas. Si no se accedía a su pedido los empleados de las obras eran amenazados con futuros robos e inconvenientes para trabajar.
Los constructores, ante los reiterados robos que sufrían sus obras, terminaban contratando a los “vigiladores” por sueldos de entre 300 y 1.200 euros. Finalmente, los robos cesaban. La Justicia comprobó que ninguno tenía título o acreditación alguna como guardia de seguridad.
Los ahora condenados fueron detenidos por las fuerzas del Cuerpo Nacional de Policía ante las denuncias de varios constructores. Si bien el fiscal había solicitado cuatro años, la Audiencia Provincial de Segovia los condenó a un año de prisión por lo cual la condena no será de cumplimiento efectivo.