La especificidad de dicha forma derivó del hecho de que el Reino Unido ocupó las islas por la fuerza en 1833, expulsó a los habitantes y a las autoridades argentinas allí establecidas y no permitió su retorno, reemplazándolos por pobladores británicos.
La Resolución reconoció la existencia de una disputa entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte acerca de la soberanía sobre las islas, e invitó a los gobiernos de las dos partes a proseguir sin demora las negociaciones a fin de encontrar una solución pacífica al problema, teniendo en cuenta las disposiciones y los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y de la Resolución 1514 (XV), así como los intereses de la población de las islas.
Al referirse a los “intereses” de la población de las islas y no a sus “deseos” descartó la posibilidad de aplicación del principio de libre determinación a esta cuestión. La inaplicabilidad del principio de libre determinación, sobre la que la Asamblea General se pronunciara expresamente en 1985 al rechazar dos propuestas de enmiendas británicas incluyendo ese principio en el proyecto de resolución sobre la Cuestión Malvinas resultó clara, ya que dicho principio es válido para los pueblos sometidos por un poder colonial y no cuando se trata de pobladores transplantados por el mismo poder colonial, luego de haber usurpado parte del territorio de un Estado independiente y haber quebrado su integridad territorial.
Es necesario tener en cuenta que, debido al control que existió desde 1833 para ingresar y radicarse en las islas, a los argentinos se les impidió establecerse libremente o ser propietarios de tierras. De esta manera la potencia colonial constituyó en las islas una población con características predeterminadas, población cuyos individuos son considerados súbditos británicos por el Reino Unido.
La Resolución 2065 (XX) definió la disputa e indicó una forma de solucionarla determinando que las dos Partes iniciasen las negociaciones con ese fin en 1966. Con posterioridad a la misma nueve resoluciones más de la Asamblea General y cuarenta y una del Comité Especial de Descolonización confirmaron sus preceptos.
Por eso hoy, a cuarenta años de dicha resolución el Gobierno Argentino, a través de la Cancillería reiteró la necesidad de que el Reino Unido cumpla con el llamado de la Comunidad Internacional a reanudar las negociaciones bilaterales a fin de encontrar, una solución justa, pacífica y duradera de la controversia sobre soberanía. Porque por suerte el sentimiento nacional sigue siendo que las Malvinas fueron, son y serán Argentinas.