El demandante asegura que los reproductores de música en formato MP3 iPod tienen un diseño defectuoso y que son productos inseguros. Además acusó a la empresa de no poner en el producto las advertencias obre la posibilidad de pérdida auditiva y daños a la salud que eventualmente podría producir su uso.
John Kiel anunció que busca tanto una compensación económica –que no especificó- como las modificaciones en el diseño del producto para que deje de producir los daños de que supuestamente ocasiona.
Según la demanda, Apple se vio obligada que retirar el producto en Francia y hacerle los cambios necesarios para limitar el sonido a 100 decibeles, sin embargo en Estados Unidos todavía los Ipod pueden reproducir sonidos potencialmente peligrosos.
De acuerdo con investigaciones médicas el uso indebido o excesivo de estos aparatos causa daños al oído, que a la larga hasta podrían ocasionar la pérdida total de la audición.
Oir un iPod a su máxima potencia equivaldría a estar expuesto al sonido de un taladro industrial. El oído humano estaría preparado para tolerar sonidos de esta magnitud solamente durante lapsos de no más de 30 segundos por día.
Desde su aparición en el mercado los aparatos que reproducen MP3 tienen cada vez más adeptos, sin embargo, entre sus especificaciones nunca ha existido una advertencia que explique a los usuarios que la excesiva exposición del oído a estos aparatos y los altos niveles de volumen puede provocar hipoacusia.