Bernardo Nespral (ex-juez)

Días atrás presenté en el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal una nota solicitando la creación del Instituto de Derecho Romano. Estoy convencido que tiene un valor académico importantísimo, tal como se le reconoce en la mayoría de los países del mundo. La coherencia del ordenamiento jurídico y su plenitud, las necesidades planteadas por la integración, las lagunas del derecho, las fuentes y los elementos de las relaciones jurídicas fueron problemas que los romanos resolvieron de modo brillante por el espíritu práctico que los caracterizó. Del mismo modo que fue esencial en la codificación europea, lo fue para los legisladores que elaboraron los códigos civiles de latinoamérica. Es más, su vigencia aún perdura, a tal punto que en 1989 el Parlamento Europeo expresó el deseo de que se redacte un código único de derecho privado basado en los principios del derecho romano. Esta presentación que efectué tiene el aval de muchos miembros de las más prestigiosas asociaciones nacionales e internacionales de Derecho Romano. Su valor académico, reitero, es indiscutible. Espero que sea reconocido por los consejeros del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal y se acepte la creación del Instituto de Derecho Romano.