La magistrada, en la resolución que posibilitó que Maradona abandonara el país, sostuvo que "de acuerdo con los informes parciales y a los resultados de los análisis del laboratorio privado, se determina que Diego Armando Maradona reviste la calidad de toxicómano, imponiéndose un tratamiento en un establecimiento público o privado a efectos de su rehabilitación".
De los Santos también autorizó el viaje de Maradona y su esposa, Claudia Villafañe, a Buenos Aires pero continúa analizando la situación de varias personas de su entorno, entre ellas su representante, Guillermo Cóppola, para determinar si rindieron falso testimonio durante la investigación que procura determinar quién o quiénes y cuando le suministraron cocaína al ex futbolista.
Pero a Cóppola y a Pablo Cosentino, quien prestó su casa en el residencial barrio San Ignacio de Punta del Este para la estadía de Maradona en Uruguay, la jueza no los dejó abandonar el país hasta tanto no resuelva su situación procesal. Sí, autorizó a viajar hacia la Argentina a Carlos Fernández y Nicolás Posatieris, quienes en un primer momento estaban en la misma situación que Cóppola y Cosentino.
La medida de De Los Santos para que no dejen tierra uruguaya es porque Cóppola y Cosentino serían citados nuevamente por la magistrada para prestar declaración testimonial en la causa. La jueza quiere conocer más detalles de Carlos Ferro Viera, el empresario que diversos medios señalan como el responsable de darle la droga a Maradona. Ferro Viera salió de Punta del Este en un avión de Aerolíneas Argentinas el mismo martes 4 cuando internaron a Maradona y se trata de un personaje con antecedentes en la comercialización de drogas, vinculados con algunos extractos políticos de La Plata.
De los Santos intenta averiguar el modo en que ingresó la droga al país y quien se la suministró al ex jugador. La ley uruguaya no pena al consumidor de drogas, como el caso de Maradona, pero sí a quienes la comercializan o la proveen a terceros. Ferro Viera apareció en fotografías en la casa de Cosentino y fue descrito con lujos de detalles por el médico Luis Romero, el primero en llegar a la casa donde se descompuso Maradona. Pese a ello, Cóppola y Cosentino negaron en un principio la presencia del controvertido empresario de la publicidad que ya fue detenido en enero de 1977 en Pinamar, portando grandes cantidades de éxtasis, cocaína artificial.
Ayer Cóppola intentó poner distancia de Ferro Viera. "Lo conocemos, pero con Diego se ve ocasionalmente. Estuvo con nosotros la noche del 31 de diciembre y después sólo lo vimos una tarde. La justicia tendrá que investigarlo y ver qué pasa, pero no sé porque hay tanta presión sobre este muchacho", sostuvo Cóppola, tratando de revertir su amnesia inicial.
Después incursionó en temas lacrimógenos: aseguró que "nunca" vivió una situación tan grave respecto al ex jugador y agregó que si los médicos disponen que se aleje del entorno de su amigo cumplirá con el pedido.
El representante se refirió así a las críticas que recibe de aquellos que piensan que su presencia es nociva para Maradona. "Acá hay que ponerse los pantalones largos y seguir estrictamente lo que digan los profesionales. Yo soy secundario y sé todo lo que se dice de mi, para bien y para mal, es como estar entre la espada y la pared. Por eso haré lo que me digan los médicos”. Respecto a su situación judicial, Cóppola aclaró que ayer podría haber salido de Uruguay pero que no lo hizo porque mañana hubiera tenido que presentarse nuevamente en Maldonado, donde se tramita la causa.
"Si yo me iba ayer, pagando una fianza, tenía que volver mañana. Coordiné la salida de Diego desde aquí, la llegada a Buenos Aires con el doctor (Alfredo) Cae. Me ocupé todo el día de Maradona y su mujer, para que se fueran sin problemas y como vi que estaba todo ordenado me quedé. Espero que después del mediodía la jueza me autorice a viajar", explicó el empresario que suele afrontar continuos procesos por presunto narcotráfico.