Resultó la primera semana de enero para el gobierno en materia judicial. No es para menos, el pedido de extradición de 48 militares acusados de cometer graves violaciones a los Derechos Humanos le estalló antes que Fernando De la Rua se pudiera asentar en el sillón de Rivadavia. El gobierno había basado su estrategia en derivar a la justicia la definición de tan espinoso tema pero hubo un dato que terminó de inclinar la balanza hacia el rechazo de la solicitud de Baltazar Garzón, a quien en privado suelen denostarlo con más furor que al más acérrimo menemista. Raúl Alfonsín, sin pelos en la lengua, calificó de dislate a la maniobra y encolumnó al radicalismo ante el silencio complaciente del Frepaso. Ni Carlos "Chacho" Alvarez, ni Graciela Fernández Meijide salieron en público a objetar a De la Rúa. "El Teorema de Baglini" -ex legislador radical- se cumplió en toda la línea: "cuando más cerca del oder se está más prudente se es en los dichos".
hugo morales / dju
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