Según pudo saber Diariojudicial.com, el trabajo compara las condiciones en las que se encontraba la Unidad hace un año y cómo algunas de esas deficiencias se fueron mejorando. Por ejemplo, la superpoblación.
La Unidad 20 tiene capacidad para 87 personas. Actualmente aloja cerca de 99. Pero llegó a tener 125 detenidos en junio pasado. Parte de la superpoblación, explicaron las fuentes consultadas, se debió al ingreso a la cárcel de internos por problemas de drogas (en la Unidad 20 no hay tratamiento contra sustancias tóxicas). En junio de 2005, el 50 por de los detenidos estaba alojado por adicción. A eso se sumó la internación de personas cuya patología no era tan grave como para ser llevado a esa unidad y las decisiones de la Justicia Civil de derivar personas allí.
Para paliar esa situación, en la cárcel de Ezeiza se creó hace poco más de un mes un anexo de la Unidad 20 para atender a detenidos con patologías psiquiátricas vinculadas al consumo de drogas o aquellas cuyo cuadro no presente una gravedad que amerite su traslado a la cárcel especializada.
También una resolución del Ministerio de Justicia prohibió el ingreso de personas por disposiciones de jueces civiles. Y se dispuso que en los casos de los internos que para los médicos de la Unidad no tuvieran criterio de alojamiento, se notificaría al juzgado o al tribunal interviniente para que el Cuerpo Médico Forense realice un nuevo estudio.
En esta cárcel se alojan detenidos con trastornos de la esfera psico-emocionales, psiquiátrica y psicológica, condiciones por la que son considerados inimputables o imposibilitados de afrontar un juicio. Por ser la única cárcel siquiátrica de varones en el país recibe detenidos de otras unidades del país para un mejor tratamiento de su patología.
La Unidad 20 fue construida en 1864 y se encuentra ubicada en el mismo complejo donde están los hospitales Borda y Moyano y la cárcel psiquiátrica de mujeres, la Nº 27, en el barrio de Barracas. Las mejoras allí realizadas, comenzaron a pensarse en una reunión que se realizó en septiembre del año pasado entre representantes del Ministerio de Justicia de la Nación, el Servicio Penitenciario Federal, la Comisión de Cárceles y jueces de Instrucción y de la Cámara del Crimen.
Un año atrás, en cada celda de la Unidad (se le llaman sectores que integran las tres salas en que se divide la cárcel) habitaban más gente de la permitida. Esto obligada a que muchos detenidos durmieran en el piso. Los sectores no tenían baño. Para hacer sus necesidades los presos debían llamar a un agente penitenciario para que los llevará al baño que estaba al fondo del pabellón por lo que los presos defecaban y orinaban en tachos dentro de la celda.
Ahora en cada sector conviven seis detenidos. No hay presos durmiendo en el suelo y hay un baño dentro de cada sector. Además, mejoraron las condiciones de higiene y limpieza de la unidad.
Por otra parte, también se arreglaron las líneas telefónicas. Después del reclamo de los internos por la falta de servicio, se restablecieron las líneas y se instaló una en cada pabellón.
Uno de los proyectos más importantes era la construcción de la Sala de Observación y Evaluación Psiquiátrica. Cuando este medio visitó la Unidad a mediados de junio se estaba terminando. “En esta sala se va a producir el alojamiento de aquellos pacientes que están ingresando a la unidad para hacer una evaluación y observación permanente antes de instaurar un tratamiento médico”, explicó en ese momento el subdirector, Eduardo Osejo.
Ese sector hoy ya está terminado con una Cámara Gessel para permitir el monitoreo de los detenidos, cinco camas, baño y calefacción. Esta Sala reemplazó al viejo sector de evaluación de los pacientes donde anteriores denuncias de la Comisión de Cárceles (que desde 2004 controla las condiciones de alojamiento de todas las cárceles del sistema federal) dieron cuenta que allí los detenidos eran desnudados, no tenían camas ni había luz artificial. Esas celdas fueron demolidas y allí se construyeron otras salas para alojar a detenidos con problemas graves de alteración psicomotriz.
El informe de la Comisión de Cárceles, a cargo de los defensores Silvia Martínez, Catalina Heilbron y Sergio Paduczak, fue elaborado a fines de septiembre y entregado a varias autoridades judiciales como la jueza de la Corte Suprema de Justicia Carmen Argibay, la defensora general, Stella Maris Martínez, el presidente de la Cámara del Crimen, Mario Filozof, el subsecretario Penitenciario de la Nación, Federico Ramos y el titular del Servicio Penitenciario Federal, Alejandro Marambio.
Crean una comisión para verificar las condiciones de los neuropsiquiátricos
La defensora general de la Nación, Stella Maris Martínez, creó una comisión especial que controlará las condiciones de los institutos neuropsiquiátricos. El objetivo de la comisión será “coordinar las tareas tendientes a verificar las condiciones generales de internación de pacientes psiquiátricos”, señala la resolución 1421 firmada por Martínez, y tendrá la potestad de hacer denuncias frente ante malos trataos o deficiencias en las condiciones de vida de los pacientes.
La comisión estará integrada por las defensoras Cristina Martínez Córdoba, María Florencia Hegglin y Virginia Sansone, la tutora pública Liliana Iurman y la curadora oficial María Barral.