“Tengo entendido que todavía siguen los disturbios”, dijo Nazareno apenas llegó al Salón de Te de la Corte acompañado por Eduardo Moliné O´ Connor, vicepresidente del tribunal, en lo que estaba previsto como un brindis por el fin de año, que decidió suspender porque “el país no está para celebraciones”, según aclaró luego de explicar que festejar durante el estado de sitio “hubiese sido de mal gusto”.
Respecto de la legitimidad de la decisión tomada unilateralmente por el Ejecutivo sin consensuarla antes con el Congreso, el presidente de la Corte prefirió no hacer comentarios. Inclusive se mostró sorprendido cuando uno de los periodistas le comentó que desde temprano se estaban presentando numerosos amparos en contra de la medida. “Ah, ¿hay amparos?”, fue su reacción.
“La gente sigue alterada –dijo Nazareno. Además, lo peor de todo es que cortan las rutas y asaltan los autos, y así molestan al resto de la gente”.
Quien también se mostró acongojado fue el ministro Enrique Petracchi, quien salía de su despacho en el cuarto piso pasado el mediodía. “El presidente los convoca, y los gobernadores ni siquiera aceptan ir a Olivos”, fue su único comentario.
Durante la jornada se presentaron una serie de acciones de inconstitucionalidad en contra del decreto que dispuso el estado de sitio, que tendrán que ser resueltas eventualmente por la Corte, junto al resto de las medidas, si es que el Congreso no las deroga antes.