Los jueces Guillermo Gordo, Guillermo Madueño y Luis Direnzi resolvieron que los acusados debían cumplir la condena que fue interrumpida hace tres años cuando un tribunal les aplicó la misma pena y fueron liberados por la Sala Primera de la Cámara de Casación. El caso llegó a la Corte Suprema de Justicia, que ordenó la realización de un nuevo juicio. Los jóvenes sólo estuvieron en prisión cuatro meses por lo que ahora les restaría completar lo que queda de la condena.
La lectura del veredicto fue escuchada en la sala de audiencias por familiares y amigos de los acusados que recibieron la noticia con llantos. Sin embargo, Griguol y Romero Da Silva mantuvieron la calma en todo momento.
Directivos de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinos) también presenciaron la audiencia en representación de la comunidad judía. Al término del veredicto, el presidente José Hercman expresó su conformidad por lo resuelto por el tribunal. “Se hizo justicia. El tribunal fue un reflejo del pueblo porque el argentino no es xenófobo, no es discriminador, no es nazi y no le gusta que otro argentino cometa las tropelías que esta gente cometía impunemente”, declaró.
Momentos antes de recibir la condena, Griguol y Romero Da Silva habían pronunciado su “últimas palabras” antes de conocer el veredicto del tribunal, asegurando ser inocentes y negando haber estado en el lugar de la golpiza.
El 4 de febrero de 2002 se procederá a la lectura de los fundamentos y hasta el 18 de ese mes los condenados tendrán tiempo para apelar. Luego será el turno de la Cámara Nacional de Casación Penal que deberá decidir si confirma o revoca la sentencia. Por el momento los skinheads quedaron en libertad.