“Siento que estoy enjuiciando a la pobreza porque nuestras causas en un porcentaje altísimo son pavadas, por decirlo de alguna manera, son bagatelas. Estoy convencida que deberían resolverse de otra manera”, sentenció Camiña que dejó su cargo en el Tribunal Oral Criminal Nº 18 el pasado 1 de enero.
“A veces con un poco de ayuda a gente tan marginada las rescataríamos, y no introducirlas en el sistema penal que es todo peor, que no soluciona nada”, señaló.
Camiña ingresó a la Justicia en 1974 como fiscal de menores. En 1976 fue echada por la dictadura militar y se reincorporó a la Justicia en 1984 como jueza correccional. En 1990 llegó a la Cámara del Crimen y 1993 su último destino fue el tribunal oral. La ahora ex jueza seguirá vinculada al derecho porque continuará como profesora de posgrado y del Ciclo Profesional Orientado en la Universidad de Buenos Aires.
Camiña también presidió hasta diciembre la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina. “Cada vez va a haber más mujeres en lugares de poder pero esto es lento. En algunos lugares sería importante apoyar con una ley de cupos que es buena al comienzo”, pronosticó.
¿Qué balance de sus años en la Justicia?
He visto y vivido muchas cosas. Siento que he cumplido una misión. Si miro para atrás estoy satisfecha con lo que hice, siempre seguí una línea de conducta y respondí a mis principios. Pero también muchas cosas por las que luché todos estos años hoy están iguales o peores.
¿Cuáles?
La situación de los detenidos. Siento que estoy enjuiciando a la pobreza porque nuestras causas en un porcentaje altísimo son pavadas, por decirlo de alguna manera, son bagatelas. Estoy convencida que deberían resolverse de otra manera. A veces con un poco de ayuda a gente tan marginada las rescataríamos, y no introducirlas en el sistema penal que es todo peor, que no soluciona nada. La verdad que eso me entristece un poco. En el fondo, todo el sistema está entrenado para el pequeño delito que son el 90 por ciento de las causas.
¿Hubo mejoras en lo que tiene que ver con lo procesal y cambios legislativos?
Hubo muchas cosas mejores. Destaco que pasar de un sistema escrito a uno oral fue insertarnos un poco en el mundo, aunque en la Capital debutó con un Código viejo, llenó de problemas, con muchos artículos que tuvimos que decretar inconstitucionales. Y ahora estamos bregando por cambiarlo, hay muchos proyectos; eso lo destaco fundamentalmente. También destaco la nueva Corte Suprema de Justicia de la Nación, algunos fallos de la Cámara Criminal en pro de garantías y de respetar el sistema constitucional. Pero en el día a día seguimos tres jueces enjuiciando a un señor que se robó una tapa de luz. Un dispendio jurisdiccional enorme cuando esto debería resolverse en otra instancia. Estoy esperando que algún llegue a la Capital la mediación penal que ya está en tantos lugares del país.
¿Por estos motivos se dan las críticas a la Justicia?
Es difícil saberlo. La parte principal sobre que la Justicia es lenta, es cierto, siempre somos lentos. Nunca podemos satisfacerlo porque el sistema se empantana con el chiquitaje. Todo esto hay que hacerlo más dinámico. La crítica a la Justicia tiene que ver con los medios y que es responsable de todos los males. Cuando esto no es así. La falta de justicia no es del Poder Judicial sino que viene de otro lado. Si es injusta la situación económica, no tiene que ver la Justicia. Pero sin embargo todo lo que pasa se dice que no hay Justicia. Si los policías no actúan bien y no persiguen a la gente, los jueces no son responsables.
Respecto a su trabajo en la Asociación de Mujeres Jueces, ¿hubo avances en la inserción de las mujeres en la Justicia?
Muchos programas que hizo AMJA se vieron reflejados en las reacciones de los jueces respecto de los derechos de las mujeres. Creo que hay un gran avance y también la inserción de muchas mujeres en cargos. Cada vez va a haber más mujeres en lugares de poder pero esto es lento. En algunos lugares sería importante apoyar con una ley de cupos que es buena al comienzo.
¿También hay diferencias de género entre imputados e imputadas?
No. Siempre es menor la cantidad de mujeres en el delito aunque lamentablemente últimamente ha aumentado mucho. Hay algunos delitos que se pueden decir que son específicos de la mujer que tiene que ver con los abortos y mujeres que matan hijos al nacer. En eso también se ve la mirada de género: en qué condiciones estaba esa mujer. De todas maneras, en los temas sexuales notó que todavía prevalece muy fuerte una mirada masculina. ¿Qué quiere decir? Los hombres en todo lo que tenga que ver con abusos, sobre todo cuando el autor es un varón, les cuesta reconocer ese abuso. Nose porque las mujeres estamos más abiertas o más sensibles o abrimos más toda nuestra escucha. Pero he notado que los hombres son más reticentes en estos temas. El abuso es un tema que no hay que perderlo de mira porque las consecuencias son nefastas para las criaturas.