Con el objetivo explícito de respaldar al organismo que selecciona y acusa a los jueces y al propio Cabral (un camarista que se desempeña en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 9), participaron de la ceremonia de asunción el presidente de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti, la vicepresidenta Elena Highton de Nolasco y la ministra Carmen Argibay.
También estuvo presente el ministro de Justicia Julio Alak; el Procurador General de la Nación, Esteban Righi; la Defensora General, Stella Maris Martínez; el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde y la mayoría de los consejeros de la Magistratura.
“En un Estado democrático y republicano la decisión judicial debe ser acatada”, manifestó el flamante presidente ante la presencia de las figuras del oficialismo.
El camarista sostuvo que “sin dudas, el ejercicio responsable de la magistratura es de cada juez, que con entereza, templaza y prudencia debe llevar su investidura ante presiones que provengan de poderosos”.
“Se trata de tomar conciencia, que al igual que la ciudadanía, quienes integran el Poder Judicial de la Nación y los profesionales que actúan ante él requieren de un contexto administrativo preciso, uniforme, previsible y que verdaderamente satisfaga las necesidades materiales y técnicas que demanda la administración de justicia”, manifestó Cabral en su discurso.
El flamante presidente sostuvo que “abogados y jueces” aspiran a reformas, entre ellas, la puesta en funcionamiento de un proceso penal acusatorio, la ‘oralización’ del proceso civil, la creación de oficinas judiciales y el avance de la informatización.
Cabral no omitió nombrar los recientes cuestionamientos que tuvo el Consejo a raíz de la supuesta falta de transparencia en los últimos concursos para cubrir vacantes de magistrados. Dijo que “la existencia de una pública polémica sobre la integración del Consejo (…) y la discusión sobre la incorporación de la Corte no puede ser obstáculo a un funcionamiento eficiente y eficaz”.
Y agregó: “Solo el trabajo coordinado de los órganos que integran el Poder Judicial permitirá gestar esa fuerza conciente e independiente, indispensable para consolidación de instituciones democráticas”.
Luego de la alocución de Cabral, se dirigió al público Lorenzetti, quien agradeció la gestión de las autoridades salientes, el presidente Luis Bunge Campos y el vice Ernesto Sanz.
“La experiencia institucional nos va enseñando a que construyamos sobre coincidencias, sobre lo que nos une y no sobre lo que nos separa”, remarcó el titular del Máximo Tribunal.
El presidente de la Corte mencionó tres “políticas de Estado” del Poder Judicial (integrado tanto por la Corte como por el Consejo, aclaró): “La autonomía presupuestaria, la defensa de la independencia tanto institucional como la de los jueces en el ejercicio de sus facultades y la estabilidad de los magistrados tanto en sus compensaciones como en sus cargos”.
“Tanto el Consejo como la Corte tienen que prestar un servicio a la comunidad, no solo defender internamente el poder”, dijo Lorenzetti y resaltó la importancia de “incorporar a los funcionarios y trabajadores judiciales”.
El titular de la Corte convocó a la Defensoría General de la Nación, a la Procuración, al ministerio de Justicia y al Consejo de la Magistratura a “trabajar en conjunto”.
Entre el público presente en la ceremonia se vio a los diputados Héctor Recalde (FPV) y Ricardo Gil Lavedra (UCR), la ex consejera Marcela Losardo y el presidente de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy.