“En relación a la abogacía y su ejercicio debemos seguir profundizando nuestra atención con decisión y convicción en la problemática de la formación universitaria de nuestros estudiantes y jóvenes abogados porque hoy sigue siendo no suficiente para lo que necesita el ciudadano”, sostuvo Andreucci el pasado 11 de diciembre al asumir un nuevo mandato al frente de la FACA hasta el 2011.
El abogado criticó la formación actual al describir la “continua incorporación masiva de jóvenes abogadas y abogados graduados en facultades y escuelas de derecho de diversa calidad y responsabilidad es un tema a atender”. Y consideró que los Colegios de Abogados “deben escapar “a efectuar el rutinario registro de habilitación de matrícula como si nada pasara”.
“El acceso a la profesión y la formación educativa del estudiante de derecho debemos afrontarlo de manera decisiva porque está en juego el respeto a esos estudiantes y jóvenes abogados, a la vez que corre riesgo el ejercicio correcto de los derechos ciudadanos y la dignidad de todos nuestros colegas”, opinó el titular de la entidad que nuclear a 84 Colegios de Abogados de todo el país.
Andreucci insistió con un viejo proyecto de que sean los colegios quienes tomen examen de conocimiento para obtener la matriculación a través de un ciclo único de formación de abogado joven. “Ese Ciclo único de formación y acceso profesional para desarrollar en cada abogado y abogado las estrategias y conocimientos profesionales que no se confunden con los contenidos curriculares universitarios, se concretará con la formación de los formadores desde FACA para lograr un nivel mínimo homogéneo que le permita acreditar por dos años al joven abogado que ha adquirido tales conocimientos”, explicó.
Para eso pidió “un decisivo diálogo con los estamentos universitarios y las autoridades educativas nacionales para ensamblar una solución que de respuesta y satisfacción a todos, sin demagogias, postergaciones ni engaños”.
Entre los diversos temas que el titular de la FACA planteó en su discurso también hizo referencia a la necesidad de defender el “prestigio” de la profesión ante el “trato que nos dispensan los jueces y miembros del Ministerio Público, y otros poderes del estado”. Andreucci pidió “un trato igualitario a la investidura de la Justicia porque sabemos que sin abogados no hay Justicia y sin abogado libres e independientes no hay estado de derecho”.
“Esta defensa del prestigio permitirá lograr que cada día, en cada juzgado, en cada trámite donde deba un abogado intervenir seamos respetados como tales y con ello, se respete al ciudadano”, concluyó.