El expediente por la información sobre Eichmann, condenado a muerte luego de ser juzgado en Israel en 1962, surgió a raíz del pedido de la periodista alemana radicada en Buenos Aires Gabriele Weber.
Weber pidió consultar más de 3 mil páginas de los archivos del BND (el servicio alemán de inteligencia) con documentos que datan de los años cincuenta y sesenta.
Eichmann llegó a la Argentina el 14 de julio de 1950 con el nombre de Ricardo Klement. El pasaporte, expedido por el consulado argentino en Génova, decía que el hombre era “técnico” de profesión y en el apartado de “nacionalidad” figuraba “apátrida”.
El jerarca nazi nació en 1906 y se afilió al partido de Adolf Hitler en 1932. Tras organizar la deportación de judíos primero desde Viena y luego desde Praga, el 20 de enero de 1942 organizó la conferencia de Wannsse, en Berlín, en la que se decidió la “solución final”.
Terminada la guerra, cayó prisionero del Ejército de los aliados pero logró escapar y llegó a la Argentina. Aquí vivió en Barracas, luego pasó por Tigre y más tarde se mudó a Tucumán, donde trabajó como hidrógrafo.
En 1953 regresó a Buenos Aires donde vivió en La Lucila y en San Fernando, trabajó como mecánico en la fábrica de calefones Orbis y en la planta de camiones de la alemana Mercedes Benz.
El 11 de mayo de 1960 fue secuestrado por un comando israelí (lo que le valió al gobierno de David Ben Gurión una protesta por parte del entonces presidente Arturo Frondizi) y luego de un juicio, fue ejecutado en Jerusalem el 31 de mayo de 1962.
Este viernes, el tribunal administrativo federal de Leipzig hizo lugar a la solicitud de Weber al considerar obsoleto el argumento presentado por el gobierno alemán sobre el impacto que podría tener la difusión de los archivos de inteligencia para la política exterior del país.
El tribunal consideró que los hechos son demasiado antiguos como para ocasionar algún perjuicio a la política alemana en Medio Oriente o a la colaboración de los servicios de inteligencia alemanes con los de otros países.