El tribunal chileno calificó a DINA como una "asociación ilícita con carácter terrorista".
Prats y Cuthbert murieron el 30 de septiembre de 1974 al estallar una bomba adosada al vehículo en que se desplazaban en Buenos Aires, donde se exiliaron.
El asesinato de Prats, que fue ex comandante en jefe del Ejército durante el Gobierno de Salvador Allende (1970-1973) y antecesor en ese cargo de Augusto Pinochet, fue el primero de varios atentados cometidos en el exterior por agentes de la DINA.
Tras conocer la sentencia, la familia de las víctimas se mostró conforme con las penas, mientras el Ejército repudió a los siete militares que fueron condenados por el asesinato de Prats, que se opuso al golpe que encabezó Pinochet.
El fallo condenó a 17 años por homicidio calificado, más otros tres años y un día por asociación ilícita, a los dos máximos responsables del órgano represor, el general retirado Manuel Contreras y el ex brigadier Pedro Espinoza. Ambos habían sido condenados, en un fallo de primera instancia, que después fue ratificado por la Corte de Apelaciones de Santiago, a cadena perpetua, por los homicidios, más otros 20 años por asociación ilícita.
"Estamos conformes con haber logrado que sean condenados y que se establezca la asociación ilícita y la responsabilidad en los crímenes", manifestó Sofía Prats, una de las hijas del matrimonio. "Después de todos estos años sentimos que se ha cumplido con que ellos tengan sus penas como corresponde y las cumplan bajo lo que la Corte Suprema determinó, eso nos importa, que sean sindicados como culpables", añadió su hermana Cecilia.
El Ejército emitió una declaración en la que "repudia a todos los partícipes en este cobarde asesinato, especialmente a los militares que lo consumaron, más aún cuando su acto criminal tuvo como víctima a un ex comandante en jefe y también a su esposa".
Junto a Contreras y Espinoza fueron condenados otros cuatro oficiales: el general retirado Raúl Eduardo Iturriaga Neumann, el ex brigadier José Zara y los coroneles Cristoph Willeke y Juan Morales Salgado, todos ellos a quince años y un día de prisión en calidad de autores, además de 100 días por asociación ilícita.
Los seis se encuentran ya en prisión por otras condenas vinculadas a la violación de derechos humanos durante la dictadura.
En tanto, la escritora Mariana Callejas, que según el expediente fue quien activó el control remoto que hizo explotar la bomba instalada en el automóvil de Prats, deberá cumplir 5 años de prisión bajo el régimen de libertad vigilada.
Por su parte, el civil Jorge Iturriaga Neumann, hermano de Raúl, y el ex suboficial Reginaldo Valdés Alarcón deberán cumplir en libertad vigilada una condena de cinco años de prisión como cómplices.
El general Carlos Prats fue el segundo jefe del Ejército asesinado en la década de los setenta. Su antecesor en el cargo, René Schneider, murió a manos de un grupo de extrema derecha en octubre de 1970, pocos días antes de la toma de posesión de Salvador Allende como presidente de Chile.
Según archivos secretos desclasificados en Estados Unidos, aquel crimen fue planificado por la CIA en el marco de un plan para impedir la llegada de Allende al gobierno.