En el fondo hay lugar

“No pasa por una superpoblacion de que las cárceles están colmadas” sino que tiene que ver con el cupo de ingreso -cabe recordar que en los establecimiento existes cupos para ingresos y cupos para alojados permanentes-, indicaron las fuentes a este portal. Y agregaron: “Cuando hay un ingreso,  hay un lugar para clasificarlo según el delito" , puede ir a los establecimientos de Ezeiza, Devoto o Marcos Paz, que son denominadas “unidades de ingreso”.

 

La Unidad 28 recibe ingresos las 24 horas del día. Así, si no se cuenta en ese momento un cupo en el lugar que corresponda, se soluciona alojándolo transitoriamente en la U28 y se generan cupos en otra unidad. Lo que no suele superar los 2 días de alojamiento. “En los complejos hay movimientos constantes, en ese momento si no hay cupo, se puede generarlo”, sostienen desde el Servicio Penitenciario. Pero la semana ese plazo se superó ampliamente, ya que los detenidos del lunes recién fueron ubicados sobre el final de la semana.

 

DiarioJudicial.com consultó también al secretario de Justicia e integrante del Consejo de la Magistratura, Héctor Masquelet, de quien depende la Subsecretaria de Asuntos Penitenciarios, quien, contradiciendo lo experimentado por los jueces penales, explicó que “en este momento tenemos un porcentaje de ocupación bastante bajo, creo que el más bajo de la historia”.

 

Sin embargo, no descartó problemas específicos. “Puede haber algo circunstancialmente en alguna jurisdicción, producto de que los jueces no autorizan los traslados”, dijo tirando la pelota afuera.  Y agregó: “puede ser que en alguna jurisdicción quedemos un poco sobreocupados, pero es coyuntural”

 

Según datos brindados por el Ministerio de Justicia, hasta septiembre del 2010 la población penal general alojada en establecimiento es de 9522 internos. De los cuales 6119, están alojados en la jurisdicción nacional, 761 en la provincial y 2642 en la jurisdicción federal. Asimismo, los datos arrojan que teniendo en cuenta que existen 9522 internos alojados, y la capacidad de alojamiento es de 10.318 plazas, se encuentran disponibles 952.

 

A partir de ello, Masquelet explicó que “lo que sucede en el Servicio Penitenciario tiene un problema, que en realidad es de la Justicia y no del Servicio Penitenciario, ya que el porcentaje de procesados sobre el total de internos, es muy alto. Eso conspira contra un distribución mas racional de las plazas”, concluyó

 

“Los que no están condenados, los jueces no autorizan el traslado a otras unidades, eso complica la distribución de los internos”  dijo y redundó: “Puede ser que en algún momento determinado pueda haber alguna dificultad circunstancial pero no hay para nada un problema general de cupo”.

 

En el mismo sentido se pronunció Cristina Caamaño, integrante de la junta directiva del INECIP y que a su vez coordina varios proyectos sobre cárceles y política penitenciaria en la organización, explicó que la situación “no es algo habitual”. Asimismo, agregó que “la realidad es que las cárceles son lugares muy dinámicos y que actualmente no hay sobrepoblación en ninguna de las unidades”. “Si se compara el sistema federal con el sistema provincial, el sistema federal es una maravilla”, dijo y concluyó “está mucho mejor desde todo punto de vista”.

 

El tema de las cárceles, relacionado con el de la seguridad, presenta un aspecto bifronte. Por un lado está la sensación de que se cometen más delitos y por ende hay una mayor actividad de la prevención y de la Justicia, que se conjuga en un aumento de internos en las unidades carcelarias. Por el otro, si hay una mayor cantidad de internos, el hecho de respetar los fallos judiciales en el sentido de limitar la superpoblación y el hacinamiento, se contrapone con la demanda de la sociedad de endurecer los criterios para conceder los beneficios excarcelatorios.

 

Entre los "problemas administrativos" que afectaron al Servicio Penitenciario Federal la semana pasada y la postura del Ejecutivo argumentando que actualmente  "el porcentaje de ocupación de las cárceles es el más bajo de la historia";  están los jueces penales que en la práctica vivieron una realidad distinta.