La Procuración Penitenciaria de la Nación recomendó al Servicio Penitenciario Federal que elabore un protocolo de actuación para el ingreso de internos en el penal de Ezeiza. Es para “prevenir la práctica de tortura y malos tratos conocida como “bienvenida” a los reos.
La Procuración Penitenciaria de la Nación recomendó al Director Nacional del Servicio Penitenciario Federal la elaboración de un protocolo de actuación para el procedimiento de ingreso de internos en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza.
Es que tal y como se consigna en la recomendación, firmada por el procurador Francisco Mugnolo, “el momento de la ‘bienvenida’ constituye y constituyó históricamente una de las circunstancias de mayor violencia física desplegada por la administración penitenciaria”.
Firmada el pasado 16 de enero la recomendación 764/ppn/12 destaca que tal afirmación tiene sustento en una investigación realizada por la Procuración Penitenciaria y que consigna que en el 76,5% de los casos en los que se producen golpes en las unidades penitenciarias es en el momento de ingreso a la Unidad.
Investigación que data del 2008 y donde además en la que además se identificó al complejo de Ezeiza “como una de las unidades en las que se practican mayor cantidad de agresiones físicas”. Entre 2007 y el primer semestre del 2011 se han identificado e investigado 40 casos de violencia institucional durante la “bienvenida”.
Por ello desde el organismo recomendaron la elaboración de un Protocolo de Actuación para los procedimientos de ingreso de detenidos al complejo con el objetivo de prevenir la práctica de tortura y malos tratos.
Dicho Protocolo de Actuación debería contemplar la distribución de funciones y responsabilidades de las diferentes áreas intervinientes en cada momento del procedimiento de ingreso: Departamento de Judiciales, Área Médica, Sección Requisa, y División de Seguridad Interna.
Asimismo, se debería además confeccionar una planilla tipo, donde se indique el momento de inicio y finalización de su intervención y la máxima autoridad responsable del área durante el procedimiento; y que se fije una autoridad responsable para todo el procedimiento, “quien debe estar presente en el transcurso de todo el proceso, debiendo dejar constancia bajo acta firmada, de la finalización del procedimiento y del estado de salud del detenido, constituyéndose en el responsable en caso de que ocurra algún acontecimiento de violencia”.
Por último, se recomienda al Director Nacional del SPF que asimismo “apruebe Protocolos de Actuación para los procedimientos de ingreso al resto de los establecimientos penitenciarios federales, o bien uno aplicable a todas las cárceles del SPF”.
El procedimiento
Según constató la Procuración Penitenciaria de la Nación el “procedimiento de ingreso” comienza cuando bajan del camión que traslada a los internos y son llevados a un denominado sector de “ingreso o tránsito”. En ese momento, al ser llevados los internos son insultados y les gritan “esto no es Devoto, esto es Ezeiza, acá no se jode”.
Luego, continua relatando la procuración, los hacen formar fila mirando a la pared con sus manos detrás del cuerpo, luego de una hora, les toman las huellas dactilares y son revisados por el médico. Tras ello, “el personal penitenciario los hace permanecer desnudos y parados contra la pared”, uno de los internos por ejemplo al quejarse del frio recibió cachetazos por parte de los agentes.
El paso siguiente es el “registro” de las pertenecías de los presos, momento en el que “algunos presos fueron golpeados con cachetazos en la cara y nuca; golpes de puño en el torso y costillas; y patadas en las piernas”. Tras lo que viene la distribución de pabellones donde los internos donde mientras les realizan “preguntas vinculadas con las causas, el barrio de residencia del preso y su composición familiar, otros los golpearon brutalmente con patadas y golpes de puño en todo el cuerpo”.
Luego de esta golpiza en la sala de defensores son finalmente llevados a los pabellones asignados como su lugar de alojamiento. Algunos de los internos relató que mientras los golpeaban lo obligaban, además, a deletrear el nombre y apellido de sus familiares.