Al parecer, en esa oportunidad los hombres del líder camionero habrían utilizado una especie de bolígrafo que dispara balas de calibre 22. El caso ingresó en los estrados judiciales cuando dos días después de las protestas se procedió a detener a los tres custodios, que aparte de usar armas de fuego usaron gases paralizantes con el fin de dispersar al grupo que realizaba la protesta en el barrio de Barracas.
Cuando se produjeron los disparos uno de ellos hirió al jefe de la Comisaría 26, Federico Almeder y otros dos agentes de la Policía Federal fueron heridos debido a las agresiones de los agitadores, quienes fueron dejados en libertad luego de ser indagados por el juez de instrucción Raúl Irigoyen.