La Legislatura porteña agravó sanciones en el Código Contravencional porteño para cuando se manchen, ensucien o se realicen grafittis en edificios o lugares públicos. Las multas pueden llegar a 6 mil pesos cuando se realice en los subtes.
Este jueves, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires agravó sanciones en el Código Contravencional porteño para cuando se manchen, ensucien o se realicen grafittis en edificios o lugares públicos.
En concreto, la Legislatura porteña modificó el artículo 80 del Anexo de la Ley N°1.472- Código Contravencional- y elevó las sanciones para las pintadas y las leyendas políticas que se escriben en edificios o en lugares públicos.
El artículo, ahora modificado, establece que “quien mancha o ensucia por cualquier medio bienes de propiedad pública o privada, es sancionado/a con uno (1) a quince (15) días de trabajos de utilidad pública o doscientos ($ 200) a tres mil ($ 3.000) pesos de multa”.
Sanción que “se eleva al doble cuando la acción se realiza desde un vehículo motorizado o cuando se efectúa sobre estatuas, monumentos, templos religiosos, establecimientos educativos y hospitalarios, edificios o lugares públicos, estaciones y vagones de subterráneos o de trenes. En caso de que se trate de bienes de propiedad privada, la acción es dependiente de instancia privada, excepto en el caso de templos religiosos."
La Legislatura aprobó las modificaciones al Código Contravencional con 48 votos afirmativos y dos abstenciones de los bloques del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) y Seamos Libres (SL).
"Hoy, más del 70 por ciento de todas las formaciones de las seis líneas de subterráneos y el Premetro, como también de las líneas de trenes, están cubiertas con símbolos, dibujos, formas, letras y en algunas ni siquiera puede verse a través de las ventanillas", dicen los fundamentos del proyecto aprobado.
Asimismo, agrega que "repintar los vagones de subterráneos cuesta entre $ 35.000 y $ 40.000 cada uno de ellos. Debido a lo oneroso que resulta la limpieza total de estos vagones, en la actualidad lo único que se realiza es mantener despejadas las ventanas del maquinista y el número de identificación de las formaciones, ya que es necesario ver la numeración por cuestiones operativas".
“Atentar, romper, destruir y colocar inscripciones sobre monumentos y/o edificios o lugares públicos es atentar contra el Patrimonio de todos los argentinos y no de una colectividad o institución en particular. Hoy no podemos darnos ese lujo, distintos informes han revelado la necesidad de adoptar nuevas políticas en torno al tema en cuestión. Con cada acto de vandalismo se está atentando a la historia misma de nuestra gente y sus instituciones, se está atentando contra la misma Nación", continua la fundamentación.