La última pasada un nuevo interno fue encontrado ahorcado en el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza. Horas antes jueces, fiscales, defensores y representantes de la Procuración Penitenciaria habían recorrido el lugar.
El pasado lunes 8 de septiembre falleció una persona detenida en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza. Ese mismo día, horas antes, en el marco de las acciones del Sistema de Coordinación y Seguimiento de Control Judicial de Unidades Carcelarias, jueces, fiscales, defensores y representantes de la Procuración Penitenciaria habían recorrido el lugar.
Según explicaron desde la Procuración Penitenciaria “su cuerpo fue encontrado ahorcado en la Unidad Residencial 3 del establecimiento, en un pabellón que durante largos meses fue irregularmente destinado tanto al aislamiento de internos sancionados como al supuesto resguardo de otros que requerían la protección de su integridad”.
“El señalamiento de la desatención estructural y trato denigrante propiciado a las personas alojadas allí” fue una de las observaciones que se le realizaron al Director del Complejo y a las autoridades de la Unidad Residencial III.
“Concluida la inspección del Sistema del día lunes, varias personas alojadas en los pabellones I y J, que no estaban sancionadas fueron reintegradas a pabellones de alojamiento común, entre otros, al Pabellón B. Según las autoridades, esto obedeció, precisamente, a las observaciones señaladas por el monitoreo”, explican desde la procuración.
La Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN) se ha constituido como querellante en la causa judicial iniciada a partir de los hechos descritos, ante el Juzgado Federal Nº 2 Secretaría C de Lomas de Zamora.
Para la PPN “es urgente una investigación eficaz de lo ocurrido que esclarezca no solo el deceso, sino especialmente el sistema circundante de humillación y severidades que le sirvió de contexto, así como las represalias posteriores a los testigos y víctimas que hacen parte del mismo circuito”.
Los hechos se dieron luego de que seis internos tuvieran un altercado en el pabellón B. “Quienes habrían participado del conflicto fueron trasladados a los pabellones I y J, donde fueron aislados. El resto de las personas del pabellón B” y “también fueron sancionadas informalmente, a través del aislamiento bajo la figura también irregular de la llamada sectorización”, es decir, puestos en celdas individuales. En el pabelloón I se produjo la muerte del interno.
La procuración penitenciaria realizó “entrevistas confidenciales” con personas detenidas donde manifestaron que “los detenidos que habrían participado del conflicto fueron conducidos en ropa interior mientras reclamaban airadamente, por la acción de la autoridad penitenciaria, que consideraban arbitraria” y, además, “algunos de ellos ingresaron a los pabellones I y J notoriamente golpeados”.