Un abogado que fue notificado del inicio de un proceso disciplinario contestó la notificación diciendo que era un panfleto y amenazó con querellar a los miembros del Tribunal de Disciplina del Colegio de Abogados. La institución le abrió otro proceso y lo multó con $2.500. Las insólitas manifestaciones del letrado.
Un letrado fue sancionado con una multa $2.5000 por no haber cumplido con el deber de decoro ante sus pares, que lo estaban juzgando en un proceso disciplinario.
El expediente “J.G.E. c/ CPACF” tuvo su origen en el propio Tribunal de Disciplina del Colegio, donde se había iniciado un sumario al letrado porque habría patrocinado a dos partes contrarias en un juicio. Cuando le llegó la cédula que le informaba del inicio del proceso, fue con los tapones de punta y atacó a todos los integrantes del Tribunal, quienes tomaron testimonios del asunto y mandaron a sorteo para iniciar nueva causa disciplinaria, que culminó con la multa.
El abogado había expresado en su escrito manifestaciones del tipo: “la presente cédula se devuelve al solo efecto de dejar constancia que los panfletos agregados a la misma carecen de la autenticación respectiva, abultando la notificación mediante el ardid de intentar impresionar al suscripto”.
También advirtió que “en virtud del ardid capcioso por el cual se pretende ocasionar daños al suscripto, procederé a denunciar criminalmente a todos y a cada uno de los que han intervenido en forma directa o indirectamente en la presente denuncia, obedeciendo intereses espurios y ante democráticos”.
Pero eso no fue todo, el abogado también aclaró que “en el hipotético caso que se continuara ejerciendo presiones” contra su persona por parte de ese Tribunal, el matriculado “se verá obligado a iniciar querella criminal contra los Sres. Miembros de esa Sala”
“El suscripto se pregunta: será el móvil XENOFOBIA hacia mi persona?, en razón que no soy ni alto, ni rubio de ojos celestes, sino morocho de cabellos renegridos”, se preguntó.
El Tribunal de disciplina consideró que el abogado “incurrió en una velada amenaza de denunciar penalmente al TD, sin explicar los delitos que denunciaría, mientras sugiere una posible xenofobia hacia su persona, derivada, según cree, de sus características físicas”, y que sus manifestaciones “traspasan los límites del respeto y decoro que el abogado debe observar en su desempeño profesional”.
El letrado apeló el fallo ante la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, destacando que ejerció su legítimo derecho de defensa. Pero la Sala I del Tribunal, integrada por los camaristas Rodolfo Eduardo Facio, Clara María do Pico y Carlos Manuel Grecco, rechazó su recurso y confirmó la multa.
La Alzada analizó que en el caso, el matriculado “faltó el respeto a los miembros del TD, en el marco de una causa disciplinaria, cuando contestó el traslado de una denuncia anterior formulada en su contra, y ello originó el inicio de una nueva causa disciplinaria”.
Ante esas circunstancias, los magistrados concluyeron que las argumentaciones escritas “no eran necesarias para fundar su defensa, y su utilización traduce una falta de estilo adecuado a la jerarquía que impone el ejercicio de la abogacía”.
“El Tribunal de Disciplina denunciante fue agraviado por las manifestaciones vertidas en un ámbito limitado a cuestiones éticas”, sentenció el Tribunal de Apelaciones.