05 de Noviembre de 2024
Edición 7085 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 06/11/2024
Joaquin Pedro da Rocha. Presidente de Fundejus.

"Con el traspaso de la Justicia Nacional, muchos jueces sienten que pasan a ser magistrados “municipales”

Por:
Matías
Werner.
Editor
de
Diario
Judicial
Por:
Matías
Werner.
Editor
de
Diario
Judicial

Joaquin Da Rocha pasó por todos los ámbitos que puede pasar un abogado: ejerció la profesión, fue Subsecretario de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, Conjuez de la Suprema Corte bonaerense, Consejero de la Magistratura de la Nación y Procurador del Tesoro de la Nación. Hoy preside la Fundación de Estudios Para la Justicia, Fundejus, que busca contribuir al mejoramiento, racionalización y modernización del Servicio de Justicia. En el marco del 25º aniversario de la fundación, Da Rocha da un panorama de las transformaciones en la Justicia en los últimos años y brinda propuestas para su mejoramiento. También opinó de temas de actualidad y se mostró a favor del traspaso de la Justicia Nacional al ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. A su vez, reconoció que gran parte de la resistencia es porque muchos magistrados pasan de ser jueces “Nacionales” a jueces “Locales”.

¿Cómo ve las transformaciones de la Justicia desde la creación de Fundejus?

En el marco de los 25 años de Fundejus hicimos jornadas sobre 25 años de transformaciones en la Justicia, para tratar de ver qué encontramos cuando llegamos como fundación, qué transformaciones se han producido y cuál es la crítica a la transformación de la Justicia y sus proyecciones en el futuro. Concretamente sobre el estado de la Justicia, yo creo que podría estar mucho mejor. Se advierte una cierta fisura entre lo que la gente espera de la Justicia y la que los medios presentan como imagen de la Justicia. En cuanto a la reforma impulsada por el Programa Justicia 2020, observo medidas muy positivas pero que adolecen de las mismas fallas que la llamada “reforma Judicial” del anterior gobierno. No son coherentes, coordinadas entre sí, no es un verdadero plan de Justicia. Creo que la idea tiene que ser tomar medidas que no sean contradictorias entre sí, y algunas de estas medidas, como lo fueron anteriormente la creación de Tribunales de Casación, y como es ahora la idea de modificar la estructura de la Procuración General de la Nación, responden a una situación particular de quitar poder, en vez de intentar hacer algo de corte definitivo y no transitorio.

En ese marco, la cuestión del traspaso de la Justicia Nacional a la Ciudad de Buenos Aires, forma parte de esa concepción

Yo diría que eso es positivo. Habría que hablar de la raíz de todo, de qué es la Ciudad de Buenos Aires, si existe como entidad, porque era territorio de la Provincia de Buenos Aires y se cedió para ser la Capital, pero la Provincia no la cedió para que no se la devolvieran, por lo que el día que dejara de ser Capital Federal volviera a territorio bonaerense, como ocurrió con el proyecto de trasladar la Capital a Viedma. En ese sentido ya estamos en una situación irregular. Dentro de esa situación, yo diría que la transferencia de tribunales que cumplen funciones locales, y no federales, corresponde que sean de índole local. O sea, no veo porque un juez “Nacional” tengo que resolver un caso que en las Provincias lo resuelve la Justicia Provincial. Esto tiene un costo evidente: la Justicia Nacional de la Capital Federal cuesta a todo el país. La Justicia Nacional la paga la Provincia de Buenos Aires, que le faltan muchos jueces, lo paga Catamarca que también le deben faltas, y lo usufructuamos los porteños exclusivamente. Por lo que, como idea, me parece correcta, más allá de que yo sé, porque tengo muchos amigos allí, que no les gusta cambiar y además sienten que es una “capiti diminucio” porque dejan de ser jueces Nacionales y pasan a ser jueces “municipales”.

¿Cómo se ven las reformas en el ámbito de los Códigos de Procedimientos, con un Código Procesal Penal de la Nación que incorpora el sistema acusatorio pero cuesta implementarlo?

El problema es que no se hagan las cosas. Por suerte tenemos un nuevo Código Civil y Comercial, que recibirá las críticas que sea, pero está en vigencia. Tenemos una Constitución de 1994. Ambas normas, que son las fundamentales de la Argentina, lo que hacen es reconocer el estado de cosas de la sociedad. El Código Procesal Penal es uno de los pocos dentro del país que todavía se mantiene con reglas que eran para el Siglo XIX pero no para el Siglo XXI, donde todos los regímenes procesales del país intentaron “pasarse” al sistema acusatorio, oral, donde la inmediatez es una de las formas que permiten que la gente entre en contacto con la Justicia, con experiencias que han sido muy buenas. Siempre hay resistencia al cambio, pasó en 1992, cuando cambiamos un Código Procesal Penal y de la carreta pasamos al auto. Bueno, ahora tenemos que pasar al avión. Me acuerdo que la mayoría estábamos en contra, y años después, con la práctica, reconocimos que el sistema “mixto” era mucho mejor que el escrito. En ese procedimiento escrito, el juez creía que leía un expediente y con eso resolvía de forma correcta, pero años después, cuando tenía delante de sí al imputado, los testigos, la víctima y la prueba, se dio cuenta de que la realidad era realmente otra.

Incluso los abogados en ese momento les recomendaban a los clientes seguir con el procedimiento escrito…

Es que, como abogados penalistas, nos convencía más un sistema escrito, que era más cómodo. Podíamos hacer en el momento que nos quedaba cómodo la defensa, y no como ahora que, por ejemplo en mi caso, tuve un juicio oral que duró tres meses, con audiencias prácticamente todos los días. Esto no es bueno desde el punto de vista económico para el abogado, aunque cobre bien los honorarios de esa defensa. Pero es mucho mejor para el cliente. Entonces, lo que tenemos que lograr, y este es un principio central de Fundejus, es decirle a la gente: “lo importante no son los jueces, lo importante no son los abogados, lo importante es el justiciable, el que recibe el servicio de Justicia, y lo que nosotros tenemos que hacer es todo lo necesario para que ese servicio sea lo mejor para ellos, aunque no sea lo mejor para nosotros”.

¿Y desde la óptica del Justiciable, cómo cree que se percibe el funcionamiento de la Justicia?

Obviamente, para saber lo que percibe el justiciable habría que hacer encuestas, pero lo que me parece es que el justiciable no entiende bien de qué se trata. No olvidemos que nuestra Justicia nació cuando los españoles nombraron jueces que nos juzgaban a los criollos, y después se quedaron con esa “toga”, sin tener toga, y se distinguieron dictando fallos “formando” a la sociedad, pero sin conocer muchas veces cuales son las necesidades, las creencias u objetivos de una sociedad. Esto también sucede ahora en 2016. Si yo les pido que agarren el Código Penal, que va a cumplir 100 años desde el Proyecto de Rodolfo Moreno, y que lean los artículos, se van a dar cuenta que hay palabras que hoy por hoy son inexistentes, que no las comprendería ni siquiera un abogado. Pasaba con situaciones que no se pueden contemplar, y es lo que pasó también con el Código Civil, y con la Constitución Nacional en sus inicios, cuando decía que no hay esclavos y que “los pocos que hoy existen quedan libres”, y seguía habiendo esclavos. No hablamos de otro país, hablamos de otro tiempo, otra sociedad. Entonces, me parece que lo que la sociedad le pide a la Justicia es que se aggiorne, que se ponga al día y se adecúe a los problemas actuales, y le dé soluciones. Y otro punto a destacar, la gente piensa que la Justicia es la Justicia Penal, y más precisamente la Justicia Penal Federal, y si nos ponemos más precisos, Comodoro Py, y la Justicia es mucho más que eso, porque está la Justicia Civil, de Familia, Comercial, Laboral, Previsional. Tenemos que ocuparnos de mejorar esa Justicia y no tanto de crear nuevos recursos de todo tipo exclusivamente para la Justicia Penal.

¿Cómo se puede mejorar en esos aspectos?

Doy un ejemplo que me tocó vivir cuando fui Consejero de la Magistratura: hay 80 Juzgados Laborales, 68 de ellos tenían una dotación de un Juzgado típico, cerca de 15 empleados. Había 12 de ellos, que eran sólo de sentencia, para sacarles el trabajo de los demás Juzgados. Ocurrió después que les dieron el mismo trabajo que tenían los otros jueces, con 15 empleados a su disposición, pero con 5 empleados de los Juzgados de sentencia. Esto sigue hoy en día, en el año 2006 hicimos una encuesta ¿Sabe cuáles eran los 5 primeros Juzgados en laboriosidad?: ¡Los que eran Juzgados de sentencia!¡Y los 5 últimos eran los que tenían 15 empleados!. Entonces, si no distribuimos bien los recursos, tampoco podemos mejorar el sistema de administración de Justicia. Si un juez con 5 empleados y con ganas puede más que un juez con 15 empleados y sin ganas de trabajar. Otro punto: si el proceso oral es mejor en el fuero Penal, y una vista de causa en el fuero del Trabajo de la Provincia de Buenos Aires da buenos resultados, ¿Por qué no extender la oralidad a los demás fueros? ¿Por qué no incorporar el juicio por jurados en el fuero Civil?

¿La incorporación de las nuevas tecnologías fue un salto cualitativo a la hora de racionalizar recursos?

Para dar una idea, cuando yo ingresé a Tribunales, no existían siquiera las fotocopias. Para copiar un expediente, se ponía una hoja de gelatina que absorbe la tinta, y se ponía la hoja, absorbía la tinta, la sacaba, ponía un papel en blanco y lo copiaba. Hablar de todas las innovaciones que ha habido en materia de comunicaciones, impresiones, desde el fax hasta el e mail. Hace poco recibí una notificación de un Tribunal, que antes hubiera tardado dos semanas. Esto es muy provechoso, y sería más provechoso que el operador judicial tenga la preparación necesaria para utilizar esas tecnologías. En mi experiencia, he oído historias de Juzgados en donde utilizaban computadoras, y otros que le ponían expedientes arriba. No es cuestión de tener la tecnología, sino también de utilizarla inteligentemente

¿Y qué rol juegan los recursos humanos en este sentido? ¿Cómo se encuentra en la actualidad el sistema de ingreso al Poder Judicial? ¿Entre personal capacitado o sigue existiendo el nepotismo?

Salvo excepciones, sigue existiendo el problema del nepotismo. Hace varios años, igualmente, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires reglamentó que se concurse para todos los cargos, desde el inicio, pero no para las promociones, con lo cual la base judicial es una base inteligente, que se supone que va a seguir la carrera, y con esa mecánica se mantendrán los elementos más valiosos. En cambio, si la base es lo de los “amigos”, seguirán todos los “amigos” subiendo, y seguiremos teniendo la Justicia que lamentablemente tenemos. O sea, hay muchos jueces que son muy buenos, secretarios y hasta “pinches” que son muy buenos, pero del otro lado tenemos también que ingresan sólo por amistad. Afortunadamente se eliminó el sistema de “meritorios”, que trabajan sin cobrar, se vulneraban sus derechos laborales hasta que ingresaban a la Justicia. El otro lado negativo de ese sistema era que mantenía ese nepotismo. Es decir, para trabajar en un Juzgado sin sueldo, por obvias razones se debía pertenecer a determinado sector socio económico, en el que se podía ser meritorio si se era mantenido por la familia. Esto daba la pauta de quienes eran los que integraban la Justicia, el grupo de “amigos”, no los mejores, no había concursos abiertos.


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