En Tribunales se busca implementar un sistema de control de acceso con huellas digitales. Hace tiempo que en distintos edificios de la Justicia Nacional se pueden ver de adorno terminales biométricas para controlar horario y asistencia de los empleados. A tres años de haberse licitado el sistema, los equipos siguen sin funcionar y hay incertidumbre entre los judiciales.
Cada vez que uno ingresa a los distintos edificios de los tribunales que componen la Justicia Nacional se observa la misma imagen. Como en algunas empresas privadas, uno al lado del otro, se ven terminales biométricas que sirven para controlar la asistencia del personal.
Se denomina Sistema Integral de Control de Tiempo y Asistencia del Personal, y según pudo averiguar Diario Judicial, se encuentra en funcionamiento desde años en el ámbito de la Corte Suprema, donde 2800 empleados del Máximo Tribunal deben dejar su huella para que la máquina controle su asistencia. Sin embargo, pese a que está pensado para extenderlo a otros ámbitos de la Justicia, las máquinas ubicadas en los otros edificios son mera decoración: aún no funcionan, pese a que la licitación para adquirirlas tiene más de tres años.
En 2012, por medio de la Resolución nº 72 /12, la Comisión de Administración y Financiera, presidida en ese momento por el consejero-juez Mario Fera, prestó conformidad con el proyecto de acto administrativo para autorizar a la Dirección General de Administración del Consejo a convocar a licitación pública “a fin de contratar la adquisición de equipos terminales biométricos, software y servicios asociados para el Sistema Integral de Control de Tiempo y Asistencia del Personal con destino a diferentes tribunales y dependencias del Poder Judicial de la Nación”.
El proyecto también dispuso la aprobación del pliego de bases y condiciones respectivo; y se afectaba para la licitación la suma de $ 2.105.580,09. La Dirección de Tecnología del Consejo señaló en ese expediente, nº 15-10699/12, que se buscaba “la implementación de un Sistema de Control de tiempo y asistencia de personal, mediante reconocimiento de huella dactilar, PIN y tarjeta de aproximación, tanto hardware como software que cumpla en un todo con las especificaciones técnicas”.
También se requirieron en esa oportunidad servicios asociados a la provisión que incluyen “todo tipo de materiales, asistencia técnica y todo otro elemento de trabajo o concepto necesario para el correcto funcionamiento de la provisión objeto del presente llamado.”. Tecnología sugirió la provisión de 300 equipos controladoras/lectoras terminales, que deberán permitir almacenar en el lector “como mínimo nueve mil (9000) huellas y cien mil (100.000) eventos”.
En seguida surge el interrogante. ¿300 equipos son suficientes para albergar a todo el personal del Poder Judicial de la Nación?. Lo mismo se preguntó la dirección de Recursos Humanos del Consejo de la Magistratura, que señaló que, teniendo en cuenta “el tiempo estimado que demanda la lectura de huellas digitales por persona”, lo recomendable era contrar “con un mayor número de equipos para que el ingreso y egreso del personal sea dinámico y el sistema de acreditación resulte eficiente para la función que ha sido previsto”.
Recursos Humanos hizo sus propios cálculos; había que ampliar la cantidad de lectores con un esquema de 1 lector por hasta 50 personas, 2 por hasta 100, 3 por hasta 200, 4 hasta 500, y 5 lectores por hasta 700 personas. La Administración General, por Resolución N° 2229/12, finalmente aprobó la licitación – fue la 352/2012- que se circunscribió a los 300 equipos originales.
La adjudicataria fue Sage S.R.L., la misma firma que ganó en 2010, cuando la Corte incursionó en el control de asistencia centralizado. Pero lo extraño en este aspecto es que, a más de tres años de la licitación, y tras varios meses de ver las máquinas en Tribunales, todavía es incierto
En Tribunales todavía es incierto cuando pasarán del fichero al reloj digital. Diario Judicial consultó en distintas dependencias, y las respuestas tienen un denominador común: saben que están pero no saben para qué.
Comisiones Internas de los distintos fueros que componen la Justicia Nacional y Federal tienen la misma incertidumbre respecto de los equipos, aunque la opinión respecto de su instalación está dividida. De un lado, se critica la incorporación de los “Relojes” porque sólo sirven para que los empleados de los Juzgados “marquen tarjeta”.
Desde el Sindicato de Trabajadores Judiciales (SITRAJU), se muestran excepticos con las máquinas, “sólo sirven para intentar disciplinar y presionar aún más a los trabajadores, que son los únicos que cumplen el horario y la asistencia, pero nunca se controla la asistencia de los jueces y funcionarios”, cuestiona, le comenta Demetrio Iramain, secretario gremial de la Comisión Directiva Nacional de Sitraju, a Diario Judicial.
Iriamain explicó también que el origen del control de asistencia responde a una Acordada de la Corte Suprema del año 2008, donde se estableció el adicional por presentismo en el ámbito del Poder judicial de la Nación, incluyendo a todo al escalafón hasta el cargo de prosecretario administrativo y prosecretario jefe, y poniendo en cabeza de los secretarios el deber de certificar el cumplimiento de la asistencia del personal. La
La Acordada n° 18/2008 fija como “condición indispensable” para el adicional la asistencia perfecta, con la excepción de las licencias contempladas en el régimen de Licencias.
Desde la Comisión Interna del fuero del Trabajo también se mostraron escépticos con la instalación de las máquinas. “Parece que nadie quiere que se sepa a la hora que nos vamos los empleados de Fuero del Trabajo”, cuestiona también, Cristian Carro, integrante de esa comisión.
Carro admite ante Diario Judicial que en el fuero Laboral hay empleados que tienen como horario de ingreso las 6:30 hs y trabajan un promedio de 40 hs semanales. Quizás en eso el nuevo sistema, al controlar también los egresos, pueda solucionar ese problema, la cuestión es saber cuándo.