Un abogado fue sancionado con un “llamado de atención” al ser acusado de haber cobrado honorarios “sin haber existido intervención profesional que lo justifique y de no haber tenido la voluntad de restituir la suma abonada”. Según el expediente, el letrado había convencido a su cliente de terminar un trámite de divorcio que nunca ocurrió.
Un abogado recibió un “llamado de atención” por parte del Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal por su actuación en tres expedientes, uno de divorcio, otro de ejecución y un restante de alimentos.
El matriculado fue acusado de haber cobrado honorarios “sin haber existido intervención profesional que lo justifique y de no haber tenido la voluntad de restituir la suma abonada, ante los reclamos de la denunciante”, y sus colegas lo multaron, lo que fue confirmado por la Justicia, que rechazó su recurso directo de apelación en autos “P.F.A. c/ CPACF”.
Los camaristas Pablo Gallegos Fedriani, Guillermo Treacy y Jorge Federico Alemany, de la Sala V de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, consideraron que el letrado no logró “desvirtuar los argumentos tenidos en cuenta por el Tribunal de Disciplina” y desestimaron su presentación
Según observaron los magistrados, de las pruebas agregadas al expediente se logró tener “suficientemente probada” la percepción, por parte del abogado, “de la suma cuya devolución la denunciante reclama”, cuyo cobro “no encontró reflejo en actuación alguna del referido matriculado que justificara la percepción de honorarios”.
El Tribunal se enfocó en la conducta del matriculado: “seguramente convenció a la cliente que el abogado finalizaría con los trámites de divorcio, cuestión esta que nunca ocurrió”, razonó, lo que daba lugar a la aplicación de la sanción impuesta por el Colegio Profesional.