Tras haberse concedido el beneficio de prisión domiciliaria al sacerdote italiano Nicola Corradi (82), imputado por su presunta responsabilidad en casi 60 casos de abuso sexual en el seno del Instituto Próvolo, donde acudían niños hipoacúsicos en la Provincia de Mendoza, este viernes Alejandro Gullé, titular de la Procuración General mendocina, señaló en declaraciones radiales que a Corradi "lo queremos vivo para juzgarlo". Ante la radio MDZ Online, el jefe de los fiscales señaló que la medida se justifica en el deterioro de salud que sufrió el imputado, "Ha bajado 7 kilos en los últimos días y así como en principio lo contuvimos en prisión, ahora tenemos un informe que nos dice lo contrario, de manera tal que como no somos un órgano de venganza y de persecución, investigación y tratamos de llevar un juzgamiento, a nosotros nos interesa lograr una condena definitiva y para eso lo necesitamos vivo. A nosotros no nos sirve una persona muerta, lo que queremos es llevarlo a juicio, como no lo han hecho en ninguna parte del mundo, queremos en breve tenerlo en una sala de juicios orales con una condena muy severa", detalló.