Un hombre demandó a un colega por llamarlo “rata” y “cobarde” en una reunión. La Cámara Civil consideró que existía una antigua “rivalidad”, pero que “no justificaba la actitud” de demandado, pues el destinatario de sus epítetos "no estaba presente en el lugar donde se los profirió".
Calificar a otra persona de “rata” y “cobarde” puede costar caro. Así lo entendió la a Sala H de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil al confirmar una condena contra un hombre, quien agredió verbalmente a otro miembro de una asociación profesional.
Según consta en la causa, los hechos ocurrieron en noviembre de 2013, mientras se llevaba a cabo una reunión de la Comisión Directiva de una asociación en la que el demandado acusó a otro integrante de "haberse escapado como una rata” y lo calificó de “cobarde”. Dichas agresiones verbales fueron asentadas en el libro de actas.
Luego de varias cartas documentos, el hombre reconoció sus dichos que motivaron la demanda, pero señaló que "el conflicto entre ambos viene desde hace mucho tiempo".
En los autos “M., C. A. c/ C., J. R. s/ daños y perjuicios – ordinario”, la sentencia de grado hizo lugar al resarcimiento de los daños y perjuicios derivados de la ofensa al honor y, en consecuencia, condenó al demandado a abonar la suma de 30 mil pesos y costas.
Tras analizar los testimonios y la documentación, el Tribunal de Alzada determinó que “existía entre el actor y el demandado una notoria rivalidad desde tiempo atrás”, pero que tal rivalidad “no justificaba de ninguna manera la actitud adoptada por el demandado, máxime cuando el destinatario de sus epítetos no estaba presente en el lugar donde se los profirió”.
Para los vocales, los términos “son injuriosos y aun cuando éste los considere justificados haciendo mención a su antigua rivalidad desde el manejo político de la asociación”, por lo que concluyeron que "en el caso se ha configurado un supuesto de injurias contra el honor del actor que merecen ser resarcidas”.