La Policía Federal de Brasil ordenó 53 detenciones, seis de ellas en el extranjero, en una nueva fase de la operación Lava Jato, que tiene como objetivo desarticular a un grupo especializado en delitos financieros. El proceso de investigación encarado por los jueces brasileños se ha transformado en el mayor escándalo de corrupción en un país del orbe que, incluso, ha involucrado al expresidente Luis Inacio Lula Da Silva, quien resultó encarcelado hace un par de semanas atrás. Además del líder del PT, ya están encarcelados varios exministros y exdiputados, que se han sumado a empresarios implicados en acciones delictivas donde se pagaban sobornos por el otorgamiento de obras públicas, donde se pagaban sobreprecios. Ahora la mira está en operaciones de lavado de dinero que también constituyeron procedimientos habituales en las relaciones ilegales que se tejieron en el poder del vecino país.