Tras el deceso de Cárdenas, sus familiares denunciaron que había muerto por un empeoramiento de su condición general tras la heridas recibidas en la noche del 19 de diciembre, cuando fue baleado por policías en las escalinatas del Congreso de la Nación.
Por eso los fiscales pidieron la exhumación del cuerpo para develar si Cárdenas debía considerarse como la sexta víctima fatal en el centro porteño.
Fuentes judiciales confirmaron que, según resultados preliminares, la muerte de Cárdenas no habría estado relacionada a sus heridas, aunque indicaron que por el mal estado de conservación del cadáver podría ser difícil arribar a una conclusión definitiva.
Por otro lado, se supo que en el cuerpo de Cárdenas no se encontró ningún proyectil, por lo cual no se pudo avanzar en determinar cuál fue el policía que efectivamente le disparó.
Los familiares de Cárdenas le aseguraron a los fiscales Patricio Evers y Luis Comparatore que el hombre tenía un proyectil alojado en el muslo. Por eso los policías pidieron que se lo buscara, pero los forenses no lo hallaron, por lo cual se aleja la posibilidad de precisar las responsabilidades policiales.