La Justicia desbarató una organización con rasgos de secta religiosa, que sometía a sus víctimas a la servidumbre, la explotación laboral y abusos sexuales. Así, el juez Santiago Inchausti resolvió el procesamiento con prisión preventiva de los cinco acusados, a quienes se les trabó embargo por 10 millones de pesos. La causa tiene su inicio en la justicia provincial, a partir de una denuncia efectuada por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas del Ministerio Público Fiscal de la Nación, sobre situaciones de explotación y abusos sexuales de una secta que actuaba desde un hotel situado en pleno centro marplatense. Esto fue ratificado y detallado por cinco de las víctimas que se encontraban inmersas por circunstancias ajenas a su voluntad, y donde permanecían cautivos a través de la imposición de temor, violencia, encierro, exhibición de armas o golpizas. Según la investigación, la intención de la congregación era captar y acoger a personas en situaciones de vulnerabilidad para "convencerlas de hacer aportes económicos a las arcas de la organización, y reducirlas a la servidumbre con el objeto de explotarlas económica y laboralmente y someterlas sexualmente".