El primero es prestar juramento ante el presidente de la Corte Suprema y del Consejo, Julio Nazareno, fue Eduardo Orio, quien continuará por otros cuatro años en el cuerpo, siendo seguido por Lino Palacio, Beinusz Szmukler y Luis Pereira Duarte.
Acto seguido, le tocó el turno a los representantes de la Cámara Baja, diputados Lelia Chaya, Jorge Casanovas y Marcelo Stubrin.
Luego de un receso de una hora llegó el turno para los representantes del ámbito académico, los jueces y finalmente lo hicieron los senadores.
De esa forma, juraron por el ámbito de los titulares de cátedra universitaria de facultades de derecho nacionales, Juan Gemignani, y respecto del representante del ámbito académico y científico lo hizo Humberto Quiroga Lavié. Ambos consejeros fueron reelectos.
Por el claustro de jueces cumplieron con la ceremonia, el camarista comercial Bindo Caviglione Fraga, su par en lo civil Claudio Kiper, Victoria Pérez Tognola, juez de la Seguridad Social; y Abel Cornejo, juez federal de Salta.
Finalmente el cuerpo se completó con los senadores Carlos Prades, Miguel Pichetto, Ricardo Gómez Diez y Jorge Yoma.
La ceremonia contó la presencia de Nazareno, los ministros Adolfo Vázquez y Antonio Boggiano y con la asistencia del Defensor General de la Nación, Miguel Angel Romero.
En ese sentido, Nazareno aprovechó la oportunidad para felicitar a todo los que ingresaban por primera vez al cuerpo de justicia y para pedirle a los que fueron reelectos que continúen trabajando de la forma en se que se hizo hasta ahora.
Además, rescató y destacó el sentido “pluralista” del órgano de justicia ya que afirmó que el mismo se constituyó como una apertura del Poder Judicial hacia los otros poderes del Estado Nacional y a los demás sectores vinculados a la justicia.
Asimismo, opinó que por estos momentos, el Consejo ha “superado las dificultades de su etapa fundacional” y que con el correr del tiempo logró encontrar su lugar en la justicia.
También, llamó a la “mancomunión” para que “con la unión de todos la sociedad argentina logre salir de la severa crisis en la que se encuentra sumida por estos días”.
“El sueño de uno sólo es sólo un sueño, pero el sueño de todos, es una realidad”, afirmó Nazareno, cuando enfatizó que es necesario “revitalizar las instituciones” y sobre todas las cosas “reforzar la Constitución Nacional”.
En tanto, para cerrar su pequeño discurso parafraseó a Joaquín V. González cuando sostuvo que “ las dificultades e injusticias, que atravesó tanto el tribunal como toda la sociedad, solamente contribuyeron a redoblar el compromiso y hacer más fuertes las instituciones”.