Esa cantidad de medidas cautelares forman parte de los 3658 expedientes que resolvió la sala, que a partir de mayo del último año comenzó a recibir gran cantidad de cautelares que elevaron la existencia de las mismas de manera exponencial.
Este dato se comprueba al observar los cálculos de la sala, a los que tuvo acceso Diariojudicial.com, que revelan que hasta abril de 2002 se tenía una existencia de 14 presentaciones de este tipo, las cuales luego llegaron hasta la suma de 3229 para diciembre de ese mismo período, las cuales quedaron pendientes de resolución para este nuevo año.
Hasta los tres primeros meses de 2002 entraban en promedio 15 presentaciones, en ese rubro, pero las mismas comenzaron a ingresar en proporciones desmesuradas desde el segundo trimestre, por ejemplo 300 en mayo, 508 en junio y 683 en julio, presentando su máximo pico en septiembre en donde tocó las 823 medidas cautelares.
Los datos son más que reveladores si se tiene en cuenta que las 4739 causas que en la alzada quedaron pendientes de resolución, tan sólo 1510 no pertenecen a cautelares, lo que muestra claramente las anomalías que generaron los decretos del PEN en este fuero.
Otro de los rubros que presentó cantidades significativas fueron las presentaciones de amparos, también vinculadas en su mayoría a los decretos 1570/01 y 214/02, de las cuales fueron resueltos 282 casos de los 1127 que ingresaron para el análisis de los camaristas.
Estos recursos comenzaron a crecer a partir de agosto en donde llegaron de golpe 109 pedidos para resolver cuando hasta ese momento en existencia había sólo 93 expedientes; el máximo número se alcanzó en diciembre cuando ingresaron 252.
Según el documento, durante el 2002 ingresaron a la sala 8192 expedientes entre los rubros contratos administrativos, empleo público, expropiación, competencia, entre otros. La cantidad de causas que llegó a esta instancia se movió según los amparos y la medidas cautelares, los que marcaron que entre mayo y agosto los números comenzaran a crecer poniendo al fuero cerca del colapso.
Los números son alarmantes si se tiene en cuenta que solo se detallan las estadísticas de una sola de las cinco salas con las que cuenta el fuero, por lo cual se debería multiplicar por cinco la cantidad de presentaciones y resoluciones que demuestran las peripecias que tuvieron que pasar los camaritas para cumplir con el deber de impartir justicia.